Annan
se declaró "conmocionado y profundamente desolado
por el ataque aparentemente deliberado de las Fuerzas de Defensas
Israelíes" en Khiyam, en el que han perecido "dos
observadores militares y otros dos se creen que están muertos"
también bajo los escombros.
El
secretario general recriminó que la ofensiva aérea
combinada con artillería contra un puesto de la ONU "claramente
delimitado y establecido" se haya producido, después
de las garantías personales que le dio el primer ministro
israelí, Ehud Olmert, de que no atacarían posiciones
de la misión del organismo internacional.
Annan
aclaró que la ONU no ha revelado el nombre ni la nacionalidad
de las víctimas por estar pendiente de notificación
a sus familias, a quienes les extendió su más profundas
condolencias.
Este
no es el primer ataque israelí en el día de hoy
cerca de las posiciones de las fuerzas de la ONU en el sur de
Líbano, ya que ha habido 14 incidentes con disparos tan
sólo por la tarde, según informó la oficina
del portavoz.
La
ofensiva aérea israelí contra la Fuerza Interina
de Naciones Unidas en el sur de Líbano (UNIFIL) se produce
en un momento en que el Consejo de Seguridad de la ONU está
evaluando el futuro de la misión, que cuenta actualmente
con 2.000 efectivos militares.
La
UNIFIL, creada en 1978, ha denunciado que no puede realizar sus
funciones de supervisión del alto el fuego desde que empezaron
los enfrentamientos el pasado 12 de julio entre el ejército
de Israel y la milicia chíi Hizbulá.
El
secretario general de la ONU se ha mostrado partidario de reemplazar
al operativo por una fuerza multinacional, con o sin bandera de
las Naciones Unidas, que se instale en el sur del Líbano,
a lo largo de la frontera con Israel.
Annan
considera que la misión no puede llevar a cabo sus tareas
esenciales, que básicamente están limitadas a la
ayuda humanitaria, hasta que cesen las hostilidades.
El
ataque contra el puesto de la ONU se produce un día antes
de una conferencia internacional en Roma para hallar una solución
al conflicto entre Israel y la milicia chií Hizbulá.
EFE