Quetglas,
sacerdote de San Vicente de Paúl, llegó al país
del Caribe con 33 años, después de trabajar como
profesor durante cinco años en Tarragona. La Ceiba fue
el primer pueblo al que aterrizó. Fue a su llegada y al
ver la situación en que se encontraba el país, cuando
recapacitó y concluyó que "para ser un buen
cura, se tiene que ser un excelente trabajador social".
Durante
los más de cuarenta años que lleva viviendo en el
país centroamericano ha realizado decenas de obras sociales.
Ha ayudado a construir comedores infantiles, iglesias, una clínica
dental y otra de medicina general, una guardería, un colegio
y un centro juvenil, repartidos por diferentes pueblos y en la
capital, Tegucigalpa.
Quetglas
explica que las primeras iglesias que se construyeron fueron para
celebrar misas, "el resto de las horas el espacio se utilizaba
para los talleres de costura, así las mujeres empezaron
a aprender un oficio".
El
padre Antonio, como lo conocen allí, destaca que uno de
los principales problemas de Honduras es que "no tienen educación
para administrar el dinero". En las manilas (fábricas)
que se han construido en Tegucigalpa la mayoría de trabajadores
son mujeres. Quetglas reconoce que así "la mujer ha
dejado de depender del hombre. Cuando yo llegué sólo
se dedicaban a tener hijos. Sin embargo, ahora cuando cobran se
lanzan a comprar, por ejemplo ropa, no tienen el concepto de ahorrar.
Además, les encanta la música, en la mayoría
de casas hay radios, sin embargo pueden pasarse toda la semana
comiendo arroz".
"Honduras
es un país que se está construyendo, viven decenas
de años más atrasados que España", recalca
este misionero.
Su
nombramiento como hijo ilustre asegura que "fue una sorpresa,
no me lo esperaba. Pretendo que este reconocimiento sea el puente
entre Mallorca y Honduras, entre la ONG de allí, Obras
Sociales Bizantinas y Poble Solidari, otra ONG con sede en Santa
Eugènia". Cada año, Poble Solidari celebra
una cena benéfica en el pueblo para recoger dinero y poder
llevar a cabo una obra social en Honduras. La última construcción
que se realizó en 2002 fue la del centro juvenil en San
Pedro. Además, esta entidad taujana facilita a los interesados
apadrinar niños, actualmente ayudan a 15 hondureños.
El
próximo domingo en el acto de nombramiento como hijo ilustre
acompañará a Quetglas cardenal muy conocido en Honduras
y en el Vaticano, Óscar Andrés Rodríguez
Maradiago: "Hará un sermón que gustará
mucho a los presentes", dice el homenajeado entre risas.
Quetglas
destaca que uno de los principales problemas de Honduras es el
tráfico de droga: "Les engañan, les hacen ver
que vendiendo droga pueden conseguir dinero fácil, por
esto hay tantos asesinatos y tantas familias en deuda con la mafia".
El
día 8 de agosto Quetglas vuelve al país que ha ayudado
a levantar. "Desde que cumplí 70 años vengo
cada verano, sobre todo para hacerme revisiones médicas;
antes venía cada diez años y ni me conocían
en el pueblo", concluye.