"Se
ha decidido seguir la ofensiva con la misma estrategia, combinando
incursiones puntuales por tierra y ataques aéreos, no movilizar
una fuerza masiva", dijo un participante en la reunión
a la radio pública israelí.
De momento el Ejército no tiene que ceñirse a un
límite temporal y "puede actuar todo el tiempo que
necesite", añadieron las fuentes.
Se
esperaba que el gabinete ordenará a las Fuerzas Armadas
ampliar los ataques en territorio libanés, después
de que militares israelíes hubieran pedido una gran movilización
de reservistas y el lanzamiento de una operación de envergadura
de dos meses en el sur de Líbano, desde donde actúa
la milicia de Hizbulá, hasta el río Litani.
También se decidió que podría haber un nuevo
reclutamiento de reservistas, pero no sería para ampliar
las fuerzas, sino sólo para relevar a algunos combatientes.
En la reunión, Olmert dijo que el Ejército avanza
en el cumplimiento de los objetivos, que son esencialmente desarmar
a la guerrilla chíi libanesa Hizbulá y hacer que
se retire de la frontera con Israel. Tampoco tiene intención
Israel de enfrentarse a Siria, dijo.
La reunión de emergencia fue convocada después de
que los duros combates en el sur de Líbano causaran ayer
nueve muertos entre las
filas israelíes.
Olmert declaró anoche en "círculos cerrados"
citados por la radio pública que "no diremos cuándo
concluirá Israel su batalla; esto lo sabrá Hizbulá
y por el camino más duro".
Poco antes de que acabara la reunión, el sub-comandante
del comando norte del Ejército israelí, el general
de brigada Shuki Shajar, informó de que Hizbulá
se está esparciendo por todo el Líbano, lo que parecía
indicar que se iba a anunciar una ampliación de las operaciones.
"Hizbulá esta esparcida por todo el Líbano
por eso contamos con fuerzas especiales en los puntos desde los
que lanzan los cohetes, los pueblos de Bint Jebeil y Marús
al-Ras -donde se produjeron los sangrientos enfrentamientos de
ayer- o en las zonas donde esconden municiones, Beirut o Tiro",
dijo el general.
Recalcó, no obstante, que las operaciones puntuales en
el Líbano "no están destinadas a conquistar,
sino a neutralizar los lugares desde los que se lanzan cohetes",
e informó de que en las últimas horas se han identificado
varios bunker de la guerrilla libanesa.
"No estamos empleando toda nuestra fuerza -afirmó-
y hay restricciones por motivos de seguridad", como es evitar
bajas israelíes, entre la población civil o en las
tropas de la ONU.
Por otra parte, el Gobierno estudió hoy compensaciones
para los trabajadores y empresarios del norte de Israel cuyos
ingresos se hayan visto afectados por los ataques.
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El
Gobierno, la patronal y los sindicatos llegaron a un acuerdo
por el que los empleados que no hayan podido acudir a sus
lugares de trabajo cobren la totalidad de su sueldo de julio,
si bien cediendo un 20 por ciento de sus vacaciones.
Los empresarios asumirán un 30 por ciento de las
pérdidas y el resto lo pagará el estado.
Hoy volvieron a caer unos 25 cohetes en el Norte de Israel,
15 de ellos en Kiryat Shemona, localidad que está
ubicada junto a la frontera.
Uno
de los misiles cayó cerca de una fábrica química,
pero no la alcanzó.
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La
posibilidad de que los misiles de Hizbulá alcancen las
plantas de Haifa, el mayor centro petro-químico de Israel,
es una de las que más preocupan a las autoridades israelíes
y los misiles patriot que se han desplegado en esa ciudad han
sido principalmente para proteger esas instalaciones. EFE