Esa
gestión tuvo un saldo desastroso, ya que terminó
con la economía colapsada, tasas de inflación superiores
al 7.000 por ciento anual, que evaporaron literalmente el poder
adquisitivo de los peruanos, y con el fortalecimiento de la banda
armada Sendero Luminoso.
Veintiún años después, la sombra de ese episodio
político lo obligará a demostrar que ha alcanzado
la madurez política y no es el "mal menor" por
el que apostaron la mayoría de quienes le votaron el 4
de junio pasado para evitar la victoria del nacionalista Ollanta
Humala.
Los electores también le dieron una nueva oportunidad después
de que reconociera que su juventud le jugó una mala pasada
y ofreciera que se reivindicaría con un exitoso segundo
mandato.
Nacido el 23 de mayo de 1949 y bautizado como Alan Gabriel Ludwing
García Pérez, el nuevo presidente peruano se licenció
en Derecho por la Universidad de San Marcos de Lima, se doctoró
en la
Complutense de Madrid y amplió estudios en la Sorbona de
París.
Regresó a Perú en 1978 e integró la Asamblea
Constituyente que redactó la Carta Magna de 1979, después
fue diputado por Lima y en
1982 secretario general del PAP, lo que catapultó su candidatura
a la Presidencia en 1985.
Ya como gobernante, vivió dos años de idilio con
el pueblo, con medidas como la restricción del pago de
la deuda exterior, el rechazo a los organismos multilaterales,
la reducción de gastos militares y la limitación
de las importaciones.
El punto de inflexión llegó en 1987 cuando intentó
nacionalizar la banca, lo que generó una oleada de protestas
lideradas por el escritor conservador Mario Vargas Llosa.
Una de las acciones más cuestionadas durante el gobierno
de García fue la masacre de más de 200 presos en
tres cárceles de Lima, en 1986, como respuesta a un motín
de presuntos terroristas.
Así, su figura política quedó totalmente
desprestigiada cuando terminó su gestión en 1990.
Tras los comicios de aquel año, que ganó Alberto
Fujimori, fue nombrado senador vitalicio, pero poco después
fue acusado de enriquecimiento ilícito y se le responsabilizó
de la denominada "matanza de los penales".
En 1992, después del autogolpe de Fujimori, pasó
a la clandestinidad y partió al exilio a Colombia y Francia.
La
Corte Suprema de Justicia declaró en el 2001 prescritos
los delitos, lo que le permitió presentarse a los comicios
de aquel año, en los que fue derrotado por Alejandro Toledo.
Volvió al escenario político en las recientes elecciones
del 9 de abril, cuando pasó a la segunda vuelta junto con
el nacionalista Humala, a quien finalmente venció el 4
de junio pese a que el ex comandante había sido el más
votado en la primera ronda presidencial.
Casado en segundas nupcias con la argentina Pilar Nores y padre
de cuatro hijas y un hijo, García es vicepresidente honorario
de la Internacional Socialista y autor de varios libros, entre
ellos, "El futuro diferente", "El Mundo de Machiavello"
y "La década infame". EFE