Así
lo aseguran diversos estudios y expertos como el presidente de
la Cámara de Comercio Americana en España, Jaime
Malet, y el presidente de la Junta Directiva de la Cámara
Hispana de Comercio de los Estados Unidos, George Franco.
El
mercado latino hispanohablante supone una oportunidad "absoluta"
para España, similar a la que ha tenido en Latinoamérica,
pero "en el primer mercado mundial", subrayó
Malet en una entrevista con Efe.
Los
cuarenta millones de hispanos en Estados Unidos -el quince por
ciento del total de la población-, que hace años
tenían una relevancia escasa en el país, ahora están
escalando "de forma vertiginosa" en las esferas económicas
y sociales, dijo.
En
los último diez años, el poder de compra de la población
hispana ha aumentado el ocho por ciento anual, casi tres veces
la tasa de crecimiento del poder adquisitivo en Estados Unidos.
Además,
su potencial económico se estima en 700.000 millones de
dólares y se cree que llegará a mil millones en
2010, según predicciones de la compañía HispanTelligence.
Los hispanos también han impulsado la creación de
un importante número de negocios en EEUU, que ascienden
ya a 1,7 millones de compañías, cuyas ventas anuales
superan los 186.000 millones de dólares.
El
presidente de la Junta Directiva de la Cámara Hispana de
Comercio de los Estados Unidos, George Franco, explicó
recientemente en Madrid que en los próximos seis años
el número de negocios hispanos aumentará previsiblemente
el 55 por ciento.
Añadió
también que además de poseer sus propios negocios,
este colectivo tiene una influencia cada vez mayor en empresas
y consejos de administración.
En
su opinión, la afinidad lingüística, cultural
e histórica, y la similitud en ciertas pautas de consumo,
permiten a las empresas españolas partir con ventaja competitiva
en los mercados estadounidenses.
Según
Malet, el interés para España no radica en el mercado
en sí mismo, que a excepción de algunos nichos muy
concretos relacionados con el mundo de la cultura y del idioma,
no tiene salida para los productos españoles.
"La
auténtica oportunidad -consideró- está en
la existencia de una red de relaciones y contactos" que pueden
apoyar a las empresas españolas en sus inversiones y en
la venta de sus productos y servicios, no sólo a los cuarenta
millones de hispanos, sino a los trescientos millones de estadounidenses.
Las
empresas no tienen que buscar un mercado, sino una red donde encontrar
a sus socios, distribuidores, proveedores y titulares de franquicias,
recomendó.
Así,
reiteró que el mercado hispano es una forma muy interesante
de entrar en un país, cuyas oportunidades no están
suficientemente aprovechadas por las empresas españolas.
Entre
enero y mayo de 2006, España vendió a Estados Unidos
productos por valor de 3.146 millones de euros (el 36,1 por ciento
más que en el mismo periodo de 2005), mientras que las
importaciones supusieron 3.642 millones (el 5,8 por ciento más).
Para
el Gobierno español, la mejora en la cifra de exportaciones
indica que el Plan EEUU -aprobado en 2005 con la intención
de aumentar las ventas de productos españoles a EEUU- comienza
a tener efectos, si bien reconoce que todavía queda mucho
por hacer.
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Por
su parte, Malet, que aseguró a Efe haber vivido ya
tres 'planes EEUU', dijo que pese a que todos nacen con
buenas intenciones y son necesarios, no pueden suplantar
el deseo de los empresarios.
Estos
-continuó- tienen que perder el miedo "irracional"
a entrar en uno de los mercados "más generosos
del mundo".
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Aseguró
también que aunque el mercado estadounidense es difícil,
es seguro, y que las mismas reglas que se aplican a las compañías
europeas, muy presentes en el país, se aplican también
a las españolas.
Así,
consideró que EEUU es la "gran asignatura pendiente
de la economía española", que se ha dirigido
a mercados "poco seguros" y a Europa, "que no crece
tanto como debería hacerlo".
Respecto
a los sectores económicos, Malet afirmó que España
puede encontrar oportunidades de inversión en cinco sectores
clave: el financiero, de infraestructuras, inmobiliario, de energías
renovables y de alimentación.
Recordó
que España es la segunda potencia eólica después
de Alemania, y que cuenta con importantes conocimientos sobre
biomasa y bioenergía.
En
cuanto a la alimentación, subrayó que EEUU está
empezando a cambiar sus hábitos de alimentación,
un hecho que está presente en la ciudadanía y en
la elite gastronómica, y que "se debe explotar".
EFE