En
el texto finalmente acordado, los Veinticinco llaman al "cese
inmediato de las hostilidades" y añaden que las partes
en conflicto deben negociar las "condiciones políticas"
que hagan posible "un alto el fuego duradero".
En
la rueda de prensa posterior a la reunión de los Veinticinco,
el ministro finlandés de Exteriores y presidente de turno
del Consejo, Erkki Tuomioja, consideró que, "desde
el punto de vista de la gente que está amenazada, no hay
diferencias entre cese de las hostilidades y alto el fuego".
La declaración europea apoya además
el envío de una fuerza multinacional bajo mandato de la
ONU, pero sólo si hay previamente un acuerdo político
entre las partes, según el ministro francés de Asuntos
Exteriores, Philippe Douste-Blazy.
A
preguntas de los periodistas, Douste-Blazy precisó que
sólo mediante un "acuerdo político" será
posible desarmar a la milicia chií, tal como reclama la
resolución 1559 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas
y como pretende Israel.
Douste-Blazy
destacó la "gran convergencia" existente a su
juicio entre la posición común de la UE y la posición
particular defendida por Francia y mostró su "satisfacción
porque Europa haya podido hablar con una sola voz en un tema de
Política Exterior".