Hizbulá lanza lluvia de cohetes sobre Israel |
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Un ciudadano israelí resultó muerto en un ataque con cohetes contra el kibbutz Saar, junto a la ciudad septentrional israelí de Naharía y a unos seis kilómetros de la frontera con el Líbano, informaron fuentes médicas. Asimismo, dos de los cohetes, que según la radio israelí eran de fabricación siria, impactaron en la aldea de Beit Sheán, aún en territorio de Israel pero muy cerca de la ciudad de Jenín, en el norte de Cisjordania. Este fue el ataque de Hizbulá que más se ha alejado hasta ahora de la frontera, dado que el impacto se produjo a unos 70 kilómetros en el interior del territorio israelí. En cuanto a la operación de comandos israelíes en el valle de la Bekaa, en la que únicamente fueron capturados cinco milicianos de Hizbulá de bajo nivel, el jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Dan Halutz, dijo hoy que no tenía otro propósito que exponer al enemigo hasta dónde puede llegar la capacidad operativa del Ejército. "No teníamos la intención de capturar a nadie en particular; sencillamente disponíamos de mucha información de los servicios de inteligencia y quisimos demostrar la capacidad de Israel de llegar a cualquier parte", explicó Halutz. No obstante, de acuerdo con los datos que presentan los medios israelíes, es posible que la operación de los comandos no arrojara los resultados esperados, que en principio no debían ser otros que la captura de alguno o algunos destacados dirigentes de Hizbulá. Por otro lado, el general Halutz afirmó que el mando militar israelí está evaluando la posibilidad de reanudar los bombardeos aéreos de centros urbanos libaneses, tras el paréntesis de 48 horas decretado el domingo por el primer ministro, Ehud Olmert. "Estamos considerando (acometer) ataques más al norte, incluido Beirut; supongo que el asunto será sometido a análisis en el plazo de uno o dos días", indicó el jefe del Estado Mayor en una rueda de prensa celebrada en un acuartelamiento cerca de la zona fronteriza. La decisión depende del primer ministro israelí, que se comprometió ante la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, a una interrupción de esos ataques durante 48 horas tras la matanza de la aldea libanesa de Qaná, en la que murieron unos sesenta civiles, más de la mitad menores de edad.
"Hemos conseguido destruir -agregó- una gran parte de las lanzaderas de cohetes de medio y largo alcance, pero hay dificultades para localizar las de corto alcance". "Esto no es un asunto que se ventile en dos o tres días", se limitó a decir el alto mando. El general
se refirió al número de bajas en las filas de Hizbulá,
y cifró en unos 300 los milicianos muertos desde que comenzaron
las hostilidades, si bien esa cifra no ha sido confirmada por la guerrilla
chií. EFE
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