Once israelíes mueren en la ofensiva más intensa de Hizbulá
   

06 de julio de 2006 

Jerusalén - Once israelíes murieron hoy y otros 13 resultaron heridos, en una nueva jornada de ataques intensivos de Hizbulá contra el norte de Israel que demuestran que la guerrilla libanesa no ha perdido su capacidad ofensiva.

 

Todas las víctimas mortales, en su mayoría militares, fueron blanco de un cohete katiusha que les cayó mientras estaban reunidos al aire libre en el kibutz Kfar Guiladi, en la frontera con el Líbano.

Según un oficial de seguridad de la cooperativa agrícola, los militares desoyeron las sirenas y rehusaron buscar refugio a pesar de la amenaza.

"Esto no tenía qué haber ocurrido, hicimos sonar las sirenas varios minutos antes de que cayera el cohete", se lamentó al diario Haáretz un miembro de la comunidad.

Las víctimas son miembros de una unidad de reservistas, aunque el Ejército aún no ha confirmado su identidad porque la Censura Militar lo prohíbe hasta no comunicar el fallecimiento a los familiares.

El de hoy, según los testigos, ha sido uno de los ataques más duros lanzados por la guerrilla islámica desde el 12 de julio -cuando comenzaron las hostilidades-, por la intensidad del fuego y porque afectó a toda la zona fronteriza.

"Este ha sido un ataque con muchas víctimas, muy duro, uno de los más duros hasta ahora, hemos tenido que repartir nuestras fuerzas entre muchos lugares y había muchos heridos", relató Shimón Abutbol, jefe de operaciones de la Estrella Roja de David en el norte de Israel.

Y es que, además del ataque en Kfar Guiladí, se produjeron más de una treintena de impactos en la ciudad de Kiriat Shmoná, un poco más al sur.

Decenas de cohetes cayeron también en Tiberíades, Haifa y más de una decena de localidades.

En total han sido hoy más de 160 cohetes los que Hizbulá ha disparado contra el norte de Israel, una cifra ligeramente inferior a la del sábado y a la del viernes.

Y es que desde mediados de esta semana la guerrilla libanesa ha intensificado sus ataques en más del 50 por ciento, si se comparan las estadísticas de los últimos días con las de las tres primeras semanas de la contienda.

Hoy, en una comparecencia ante el Consejo de Ministros, el general Amos Yadlín, jefe del servicio de Inteligencia Militar, reconoció que Hizbulá mantiene casi intacta su capacidad ofensiva de corto alcance, a pesar de los masivos bombardeos de Israel por tierra y aire.

"Los cohetes de corto alcance no dejan ningún rastro, por lo que es más difícil localizarlos", manifestó el alto mando ante los ministros israelíes.

Por el contrario, aseguró que desde la primera fase de la guerra Israel había conseguido destruir la mayoría de las lanzaderas y cohetes "Fajer" de medio alcance, así como algunas de largo alcance de tipo "Jaibar".

Aún así, los pequeños katiusha se han cobrado un alto número de víctimas civiles: 34 desde el 12 de julio, mientras que los militares muertos ascienden ya a 54.

En Líbano, el gobierno ha cifrado las víctimas civiles entre 600 y 700, en tanto que Hizbulá no ha revelado el número de bajas en sus filas.

Según Israel, el número de milicianos muertos en los combates y en los bombardeos aéreos oscila entre los 250 y los 400.

"El servicio de Información -dijo Yadlin- sabe de 165 terroristas muertos y conoce sus nombres, y de otros alrededor de 200 que, según nuestras evaluaciones, están bajo los escombros de edificios". EFE

 
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