Los
quince miembros del Consejo votaron hoy unánimemente a
favor de la resolución, elaborada por Estados Unidos y
Francia, que pide el "cese de las hostilidades" para
poner en marcha un plan político destinado a establecer
los principios de una paz duradera.
En
la resolución aprobada se establece que una vez tenga lugar
un "cese completo de las hostilidades", el gobierno
de Beirut y la Fuerza Provisional de la ONU (FPNUL) deberán
desplegar sus tropas en el sur del Líbano, donde operan
las milicias chiíes de Hizbulá.
Paralelamente,
se exige al Gobierno de Israel que retire los 10.000 efectivos
que tiene desplegados en territorio libanés.
En
el documento se establece reforzar la FPNUL, que cuenta ahora
con 2.000 soldados, hasta un máximo de 15.000, para que
pueda desempeñar su mandato de supervisar el cese de las
hostilidades.
El
documento constituye la primera acción emprendida por este
órgano desde que empezaron los enfrentamientos, el pasado
12 de julio, lo que ha generado la frustración no sólo
de los miembros del Consejo, sino también del propio secretario
general, Kofi Annan.
Antes
de la votación, Annan se mostró "profundamente
decepcionado porque no se logró alcanzar mucho antes"
y dijo que la incapacidad de actuar con mayor rapidez ha "afectado
la fe que tiene el mundo en la autoridad e integridad del Consejo".
Las
dificultades en el proceso de negociación se debieron a
las obstrucciones iniciales de EEUU, aliado principal de Israel.
Tras
indicar que Líbano "ha sufrido durante demasiado tiempo",
Annan subrayó que el cese de la violencia es esencial para
permitir la distribución de la ayuda humanitaria.
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En
lo que a él le concierne, indicó que está
dispuesto a empezar a desempeñar el papel adjudicado
en la resolución, que le pide un informe dentro de
una semana sobre la implementación del documento. |
Durante
el fin de semana, según dijo, fijará con las partes
la fecha exacta para el cese de las hostilidades, después
de que el ejecutivo libanés se reúna mañana
y el de Israel el domingo.
La
secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, manifestó
que la aprobación de la resolución "abre el
camino para una paz duradera entre Líbano e Israel"
y para que Líbano emerja con más fuerza, con la
ayuda internacional.
El
ministro de Exteriores de Francia, Philippe Douste-Blazy, declaró
que la resolución crea las condiciones para una solución
a corto plazo, pero también para una paz duradera, fundamental
para el equilibrio de toda la región.
El
ministro de Exteriores de Qatar, el jeque Ahmed al Thani, el único
país árabe que integra el Consejo, aceptó
la resolución para "acabar el baño de sangre
en el Líbano", pese a encontrarla "desequilibrada".
El
ministro qatarí encabezó una delegación de
la Liga Arabe, cuya misión era presionar a que se introdujeran
enmiendas en el documento, para que incorporan las demandas del
gobierno del Líbano.
Tras
tortuosas negociaciones y obstrucciones, el punto de inflexión
se logró cuando el gobierno libanés aceptó
desplegar 15.000 efectivos de su ejército en el sur del
país, lo que condujo a que la resolución exija ahora
la retirada de las tropas israelíes.
El
enviado especial del Líbano, el ministro de Cultura
Tarek Mitri, manifestó que finalmente, después
de numerosos reclamos y cuando ya ha pasado un mes, el Consejo
ha decidido actuar.
Tras
exponer el grado y desproporción de la destrucción
israelí en el Líbano, expresó su esperanza
de que la tregua se cumpla, y se mostró escéptico
ante la tradicional actitud de Israel de resolver los problemas
militarmente. |
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Por
su parte, el embajador de Israel, Dan Guillerman, consideró
la resolución como "una oportunidad para corregir
los errores del pasado y crear una nueva y genuina realidad en
nuestra región".
"Necesitamos
aprovechar el momento y abrir un nuevo capítulo para la
región, en el que la moderación no se vea como una
debilidad y la mano extendida por la paz no se perciba como una
rendición", agregó.
Pronto
se prevé que el Consejo empiece a negociar las condiciones
del alto el fuego permanente, incluida la puesta en libertad de
los dos soldados israelíes capturados por Hizbulá,
que fue lo que desató el conflicto. EFE