Beneficiarios de remesas interesados en invertir

   

22 de agosto de 2006

Miami - Más de la mitad de los receptores de remesas de varios países de América Latina, región a la que sus emigrados enviaron 52.000 millones de dólares en el 2005, están interesados en establecer alguna relación formal con la banca, según un estudio divulgado hoy.


El 56 por ciento de las personas encuestadas expresó interés en "establecer relaciones más productivas con instituciones financieras", de acuerdo con el informe elaborado por Visa International, región América Latina y Caribe.

Los resultados revelan, según esa compañía, el potencial de bancarización de los receptores de remesas en Latinoamérica, región donde aproximadamente el 50 por ciento de las transferencias de dinero se distribuye a través de los bancos, pero sólo un once por ciento es recibido en cuentas bancarias.

El resto de las remesas se distribuye en efectivo y "esto demuestra que si bien hay participación de las instituciones financieras, los receptores aún no están recibiendo los beneficios de la bancarización".

La investigación se hizo mediante entrevistas con beneficiarios de Ecuador, El Salvador, México y República Dominicana, así como remitentes ubicados en Estados Unidos y España.

Las remesas que ingresan a los últimos tres países provienen de Estados Unidos, a diferencia de Ecuador, cuyas transferencias de dinero en su mayoría son enviadas desde España.

Asimismo, un 70 por ciento mostró una actitud favorable hacia los bancos.

El estudio también determinó que las remesas no constituyen el único ingreso familiar. Casi la mitad de los beneficiarios tienen empleos de medio tiempo o jornada completa.

Para el 52 por ciento, las remesas representan una cantidad suplementaria; sólo uno de cada ocho beneficiarios la considera como su única fuente de ingresos.

Otro hallazgo fue que un 15 por ciento de los beneficiarios ahorra o invierte el dinero que recibe porque esa entrada aumenta sus ingresos en un 50 por ciento.

El uso más frecuente de las remesas incluye compra de bienes de consumo, desarrollo de un negocio, ahorro en moneda extranjera o local, pago de deudas, así como ciertos lujos, como viajes.

De igual forma, se determinó que el nivel de solvencia, potencial de consumo, ahorro e inversión es mayor entre los beneficiarios de remesas que entre personas de nivel socioeconómico similar que no las reciben. En casi la mitad de los casos se trata de gente económicamente activa.

En cuanto a las personas que envían las remesas, se detectó que el 24 por ciento de los entrevistados llevan entre 10 y 15 años fuera de su país y continúa enviando remesas periódicamente, "lo que demuestra la consistencia a largo plazo de este negocio". EFE