Tegucigalpa
- Lo que para muchos era un secreto a voces comenzó a salir a
la luz pública. El misterioso jet de lujo que fue abandonado
en al aeropuerto Toncontín, en febrero pasado, pasará
a uso del presidente de la República, Manuel Zelaya Rosales,
según informa hoy el periódico El Heraldo.
El polémico aparato pasará a manos del estado y ya no
se subastará al mejor postor como se contemplaba inicialmente.
El misterioso aterrizaje de la aeronave ha generado un mar de dudas
y suspicacias, ya que las autoridades competentes nunca brindaron un
informe fidedigno sobre su arribo al país.
El aparato fue dejado abandonado en febrero pasado por dos mexicanos
que lo piloteaban y en aquel momento se manejaron varias hipótesis,
una es que el aparato era un regalo para el gobernante hondureño
y la otra que en el mismo se transportaba el ex presidente Alfonso Portillo,
prófugo de la justicia de su país.
También se manejo que en la aeronave se transportaba una fuerte
suma de dólares y que incluso había sido utilizada para
el trasiego de droga. Sin embargo, ninguna de esas suposiciones fue
verificada por la Fiscalía General de la República, cuyo
titular Leonidas Rosa Bautista fue de paso a México en busca
de información.
A continuación la nota periodística divulgada en la edición
de este día por diario el Heraldo que se edita en la capital
del país:
Los vuelos del presidente Manuel Zelaya Rosales serán más
placenteros. Podrá viajar por los cielos al estilo de las grandes
estrellas de Hollywood: confortablemente en un jet valorado en 20 millones
de dólares.
Este lujo que se podrá dar el mandatario será gracias
a que el avión abandonado que decomisaron las autoridades en
febrero pasado ya no será subastado, si no que se traspasará
al poder Ejecutivo del Estado.
Al menos así lo ha señalado el fiscal adjunto, su paisano
Omar Cerna. La decisión se tomó cuando precisamente se
cumplieron seis meses de que el lujoso bimotor aterrizara en el aeropuerto
Toncontín en circunstancias misteriosas que aún no han
sido esclarecidas por las autoridades hondureñas.
“El jet no va a ser subastado y será propiedad del Estado
de Honduras, le dotaremos de su matrícula para que pueda operar
en los cielos del globo terráqueo y que pueda circundar con el
logo asignado al Estado de Honduras”, afirmó el fiscal
adjunto Cerna.
EL HERALDO había anticipado, según algunas hipótesis
que se manejaron, que el avión podía pasar a Casa Presidencial.
Informes de los cuerpos de inteligencia establecen que un alto funcionario
del Ejecutivo llegó a la terminal capitalina a recoger varios
fardos de dólares que eran transportados en el aeroplano.
Otras teorías surgieron, pero ninguna fue comprobada en más
de medio año de investigación. Al parecer, de acuerdo
a lo investigado, se pretendía que al dejar pasar el tiempo existiera
menos presión para que se esclareciera el caso y así el
traspaso del jet no causara mucho revuelo.
Consultado sobre por qué se tomó esa determinación,
Cerna respondió que la ley les permite tomar esa decisión.
“Ya están todas las condiciones legales para hacerlo, falta
encenderlo, probarlo y hacer la matrícula”, subrayó
el fiscal. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC)
tenía previsto rematar el avión, tras declararlo en abandono,
luego de que hace tres meses se cumplieran cien días sin que
nadie lo reclamara con documentos reales.
Pero con esta decisión todo cambiará y mientras tanto
el jet continúa siendo custodiado por la Oficina Administradora
de Bienes Incautados (OABI), dependencia del MP. “Hay fondos para
eso (mantener el avión), para que podamos usar ya no solo el
West Wind (actual avión presidencial) sino que también
el Grumann II (característica del jet abandonado)”, afirmó.
Además del Presidente, podrán hacer uso del aparato los
funcionarios de instituciones estatales como del Ministerio Público,
indicó. La Ley de Lavado de Activos estipula que si un bien mueble
o inmueble es producto de este delito, lo que procede es que sea incautado
para luego ser donado a una institución que luche contra este
delito, explicó.
MISTERIO
El lujoso bimotor tipo Falcon o un Lobo Express, matrícula XB-JPL,
con año de fabricación de 1968, aterrizó hace seis
meses en Toncontín, específicamente el 24 de febrero a
las 11:13 de la noche. Desde esa fecha nadie ha acreditado la propiedad
de la aeronave, en virtud de que no existen documentos sobre el mismo.
El jet fue traído los pilotos mexicanos Carlos Mesner y Víctor
Rivielo, quienes reportaron que el propietario del jet era el mexicano
Mario Alberto Andrade, buscado infructuosamente por las autoridades
hondureñas. La Fiscalía Especial contra el Crimen Organizado
inició una investigación de este caso.
Un abogado de esa nacionalidad, Rodrigo Higuera, vino al país
asegurando ser representante de Mora para recuperar la aeronave, pero
no acreditó la documentación y no volvió. El arribo
misterioso y no esclarecido de este jet a Toncontín puso al desnudo
la deficiencia y vulnerabilidad de los aparatos de defensa nacional,
dedicados a combatir flagelos como el narcotráfico o terrorismo.