Israel califica de hipócritas y sesgadas las críticas de la ONU

   
31 de Agosto de 2006

Jerusalén - Las críticas la ONU al uso por parte de Israel de bombas de racimo al final de la guerra del Líbano son "hipócritas y sesgadas", e ignoran la realidad sobre el terreno, dijo hoy a Efe el jefe de la Oficina de Prensa del Gobierno, Daniel Seaman.

"Las críticas de la ONU son selectivas e hipócritas", se indignó Seaman, quien recalcó que Israel respetó la legalidad internacional que, dijo, "también se aplica a los judíos y al Estado de Israel".

Daniel Seaman.


Seaman se refirió con estos comentarios a las críticas del subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jan Egeland, quien calificó de "inmoral" el uso de bombas de racimo o de fragmentación, artefactos que contienen bombas más pequeñas muchas de las cuales no explotan enseguida y quedan activas en el terreno.

El jefe de la Oficina de Prensa señaló que esas bombas no están prohibidas si se utilizan contra un objetivo militar, y agregó que el derecho internacional considera como tal cualquier lugar desde el que se lanza un ataque.

Israel, añadió, no disparó intencionadamente contra una zona poblada, fue el grupo libanés chíi Hizbulá el que decidió lanzar sus ataques contra Israel desde allí, y, "según el derecho internacional, cualquier lugar desde el que se lanza un ataque se convierte en objetivo legítimo y deja de ser zona civil", afirmó.

Asimismo, dijo, se suele olvidar que fue Hizbulá quien atacó a Israel, que "actúo en autodefensa para proteger a su población civil hacia la que tiene una responsabilidad".

Seaman rechazó que quienes critican a Israel no destaquen que Hizbulá disparó sus misiles contra el norte de ese país con la intención exclusiva de dañar a civiles.

El baremo que se aplica a Israel, insistió, no se utiliza en el caso de Hizbulá y no se denuncia que "busque asesinar a civiles de forma indiscriminada y deliberada", como tampoco se denuncian las acciones palestinas que siguen estas mismas pautas, manifestó.

El portavoz rechazó asimismo las críticas del representante de la ONU al hecho de que estas bombas se utilizaran sobre todo en las últimas 72 horas del conflicto, cuando se sabía que el alto el fuego estaba cerca.

Seamen preguntó por qué no se condena que Hizbulá lanzara en esas 72 horas más misiles que nunca contra el norte de Israel, y señaló que esto es una prueba más del doble rasero imperante.

Sobre las críticas a la respuesta "desproporcionada" de Israel a la captura de dos de sus soldados por parte de Hizbulá, que fue lo que alegó el Gobierno para la ofensiva israelí, el funcionario contestó que el derecho internacional deja a un Estado la libertad de elegir qué respuesta "convencional" quiere dar a un ataque.

Todas estas críticas son un intento de dar una imagen "siniestra de Israel", concluyó Seaman, quien se quejó de que por costumbre se tolere mucho menos de Israel que de cualquier otro.

Aconsejó, además, a la ONU "que se investigue a sí misma", porque, cuando Israel salió del Líbano hace seis años, las Naciones Unidos asumieron "ciertas obligaciones" en cuanto a su seguridad y pese a ello Hizbulá pudo crear una amenaza en la frontera.

El Ejército israelí ha contestado, por su parte, a las críticas de la ONU con un breve comunicado en el que afirma que la "bombas de racimo son legales bajo la ley internacional y las fuerzas armadas de Israel utilizan esas municiones en acuerdo con baremos internacionales". EFE