Tegucigalpa
- No es un experto en materia de seguridad, pero su opinión
tiene peso y es valedera y bastante acertada como para no tomarla
en cuenta. El político y analista nacional, Jorge Illescas
Oliva, comparte a Proceso Digital su visión sobre el ambiente
de inseguridad que prima en el país y la forma que el gobierno
ha venido abordando la problemática.
Cree que al gobierno la situación se la ha ido de las manos
y que es el momento que el ministro de Seguridad, Álvaro
Romero, y sus principales colaboradores den un paso al costado.
Además, considera que el gobierno improvisa en el tema
de seguridad y que llegó sin tener un plan para enfrentar
este flagelo que actualmente aterroriza a los hondureños.
¿Cómo ve el ambiente de inseguridad que
afecta el país?
Esto es algo que se ha venido empeorando en los últimos
años, la verdad es que los gobiernos pasados no tomaron
con suficiente seriedad el problema de las maras, el problema
del crimen organizado, la violencia y la delincuencia en general.
Ningún gobierno ha tomado las medidas en serio, cuando
debió haberlas tomado, y ahora nosotros estamos aquí
en una situación igual o muy parecida, a lo que fue en
un tiempo Colombia.
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Claro,
se nota la delincuencia cuando se da un caso de una persona
de dinero y conocida en la sociedad, pero todos los días
aparecen mujeres, niños y jóvenes asesinados
en las carreteras, bajo los puentes, en los caminos y en
las cañeras y eso ya deja de ser casi noticia, aparece
por ahí, pero como son gente no conocida pasa inadvertida.
Sin embargo, la delincuencia se ha incrementado de forma
increíble. |
¿Cual cree que es el problema?
No se trata de tener un buen o mal ministro, eso influye, desde
luego; pero el problema fundamental es la falta de una política
estatal, una política de nación en cuanto a prevenir
y combatir la delincuencia.
Lo
que hasta ahora han existido son caprichos y por ahí llega
un ministro que le gusta la notoriedad y después llega
otro que es más pasivo, que no tiene esa notoriedad; entonces,
la percepción que la gente tiene es que la delincuencia
se ha incrementado.
Un
informe de las Naciones Unidas señala que en estos últimos
meses ha habido un incremento de la delincuencia, talvez no en
la magnitud que algunos interesados quieren hacerlo notar, pero
si hay un incremento.
Pero
de esto no solamente vamos a culpar al ministro porque el es un
peón en la escala administrativa, la responsabilidad fundamental
es del gobierno y no solamente de éste sino de los anteriores
que no han hecho lo propio para salir de esta situación.
¿Usted cree que el aumento de la delincuencia es
un problema de percepción?
No, yo creo que en eso (el gobierno) está equivocado, no
hay ninguna duda que la delincuencia se ha incrementado y hay
una delincuencia que usted no la ve, que no es tan notoria, como
por ejemplo el lavado de activos. El BID en el informe del 2005
nos coloca a nosotros en América Latina en el sexto lugar
en lavado de dólares.
La
semana pasada usted ve que circuló un contenedor
por todo el territorio nacional y llegó a Nicaragua
con unos costales de yute llenos de dólares, eso
le indica el movimiento subterráneo que hay de lavado.
Delincuencia también es lo que está sucediendo
en el Ministerio de Salud, delincuencia también es
lo que ha sucedido con el Jet; o sea, que aquí solo
se nota la delincuencia cuando se secuestra o se mata una
persona, pero estamos aquí sentados en una bomba
de tiempo y a merced de la delincuencia. Nadie está
seguro.
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¿Por qué dice que estamos sentados en una
bomba de tiempo?
Porque la delincuencia se va incrementando no solo la de los mareros,
sino otras formas del crimen organizado. Ahora el crimen organizado
tiene otra estructura y posiblemente los verdaderos dirigentes
están en las colonias residenciales importantes y manejan
empresas importantes, eso es lo peligroso, pero es más
peligroso cuando esa gente incursiona en los partidos políticos
financiando campañas electorales de presidentes, diputados
y alcaldes.
Creo que esto no se va resolver con chispazos que se le ocurren
al Presidente, hoy se les ocurrió formar una comisión,
este problema no se resuelve así, este es un problema de
definir una política con la colaboración de todos
los sectores involucrados: partidos políticos, la empresa
privada y la sociedad civil.
¿En qué cree que está fallando el
gobierno?
En que no tiene una visión del problema y no tiene una
política de lo que está pasando. Es cierto que encontró
el Estado sin política, pero a estas alturas ya debería
tenerla, es más, antes de haber llegado a la Presidencia
debió haber tenido una política. No es cuestión
de incrementar más policías o de poner un súper
ministro, es cuestión de tener la visión de conocer
a fondo lo que está pasando.
¿Se está improvisando?
Si, se está improvisando. En Casa Presidencial había
una estructura que se ha dedicado a estudiar a fondo el problema
de las pandillas que la presidía el general Walter López
y que el gobierno pasado no le dio mucha importancia, pero ahí
se mantuvo, sin embargo, este gobierno la canceló.
La
política antimaras no es reprimiendo, matando o encarcelando
a los mareros, usted ve que las cárceles están saturadas;
entonces se requiere esa visión de largo plazo para ir
resolviendo ese problema.
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¿Cómo analiza que se estén
cerrando programas como el de prevención de pandillas?
Es un error, pero también se cerró el otro
programa de combate de la delincuencia juvenil que estaba
en el Ministerio Público. Creo que el trabajo debe
ser con conocimiento técnico y científico,
no con corazonadas. Se requiere una visión general
del país, conocer las raíces del problema
y cuando usted conoce las raíces del problema, usted
sabe cual es la medicina que debe aplicar. Se necesita una
política preventiva y represiva para evitar que se
siga incrementando este problema. |
¿Hacia dónde nos dirigimos bajo esta situación?
Me parece que si no se adoptan las medidas adecuadas, nadie en
Honduras va a tener seguridad, desde ya no la tenemos, solo mire
cuantos policías han muerto, porque los pobres policías
viven en las zonas marginales y tienen miedo a actuar porque son
vulnerables.
Entonces creo que es urgente exigirle al Presidente una definición
política y esto puede contar con el auxilio de especialistas,
no es cuestión que al Presidente se le va a ocurrir que
hacer, él necesita asesorarse de gente técnica y
especializada en este tipo de problemas, en la prevención
y en el combate a la delincuencia.
¿Ha fallado el general Álvaro Romero en
la Secretaría de Seguridad?
Conozco al general Romero, Yo tengo un altísimo concepto
de su persona, es uno de los militares más capaces y honesto,
pero él está prácticamente solo, recuerde
los problemas que hay en la policía que él mismo
los ha denunciado. El general no puede ni siquiera dar órdenes
porque no le obedecen, no puede ni siquiera sacar a los directores,
a los jefes, a la estructura.
¿Le ha quedado grande la camisa al ministro?
La verdad que yo creo que el ministro de Seguridad no debió
ser un militar, porque hay celo, hay policías que tiene
grados superiores que creen que deben ser los ministros de Seguridad
porque ellos han estudiado para eso. Esos policías tienden
aceptar más a un civil que no ha tenido nada que ver con
el Ejército. Hay policías que son muy buenos, pero
no hay colaboración para el general Romero.
¿Le están boicoteando el trabajo?
En alguna medida si hay un poco de eso, porque no hay respeto
para él. No hay respeto aunque él se haga respetar
y tenga su personalidad; no le dicen que no, pero no hacen las
cosas que les piden.
Hay
una incomodidad desde el día que se anunció
que el general iba para ese puesto y voy a decirle una cosa:
hubo incomodidad en la sociedad civil organizada, porque
sentían que era un retroceso, pues se luchó
por muchos años para no tener una policía
militarizada y viene “Mel” Zelaya y se le ocurre
nombrar a dos militares; entonces eso fue un retroceso,
pues se volvió a militarizar la policía.
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La
estructura de la policía no quiere que se militarice o
sectarice, creo que el presidente debió haber pensado eso,
pienso que es más aceptable un civil y debe hacerse una
depuración radical de la policía.
¿Cree que es tiempo de cambiar al ministro de Seguridad?
Pues si no va a lograr el control de la policía, yo creo
que sí, aunque el Presidente ha dicho que no lo va mover.
El
general Romero se ve que tiene contrapesos adentro y afuera, no
hay colaboración para él. Él ha comparecido
en el Congreso y ha hecho conferencias diciendo lo que está
pasando ahí y no se ha hecho lo que él ha dicho.
Yo siempre he creído que no es un problema de ministros,
es un problema del presidente, porque mañana la historia
no va a juzgar a ningún ministro, la historia va a juzgar
al presidente de la República y es él que está
llamado a actuar con responsabilidad y respeto con el pueblo hondureño.