TLC somete a Honduras a reglas de empresarios de EEUU

   

03 de septiembre de 2006

México - Sindicatos, organizaciones campesinas y otros sectores hondureños consideran que el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con Estados Unidos constituye un sometimiento a los intereses estadunidenses y a sus empresas.


Al destacar que además del daño que sufrirán los pequeños y medianos productores de los países centroamericanos, estimaron que Honduras dejó de ser una nación soberana ya que muchas partes del texto dejan sin efecto artículos de la Constitución Política.

Los señalamientos fueron incluidos en un artículo titulado "TLC, monstruo que devora la economía nacional", el cual fue publicado en la más reciente edición de la revista Vida Laboral.

El comentario editorial de la revista lamentó que con el acuerdo que ya entró en vigencia, Honduras es considerado por los empresarios extranjeros como una zona industrial donde pueden imponer sus reglas.

Advirtió que el "TLC promueve la flexibilización laboral para eliminar conquistas de la clase trabajadora", como la reducción de las prestaciones sociales y mayor facilidad para realizar despedidos.

Juan Ramón Irías, dirigente de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras estimo que la competencia desigual ha ocasionado el cierre de pequeñas y medianas empresas, con lo cual se aceleró el crecimiento de la economía informal.

Para la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (ANMPIH), unas cinco mil microempresas, las cuales dijo generan cerca de un millón de puestos de empleos podrían desaparecer por no poder competir contra las grandes transnacionales.

La ANMPIH aglutina a pequeños productores de zapatos, ropa, alimentos y madera, y sólo en la ciudad de San Pedro Sula, segunda en importancia del país y primer polo industrial de Honduras, genera alrededor de 50 mil empleos directos.

La publicación destacó que lo beneficios que el texto le dio a los estadunidenses hace pensar en que los grandes inversionistas incrementarán sus ganancias mientras los pequeños y medianos empresarios temen desaparecer.

Igual suerte estimó correrán los agricultores, en especial los productores de granos básicos, los de café, productos cárnicos, avícolas e incluso de los productos más sensibles como el maíz blanco, el amarillo, sorgo y el frijol.

Estimó que este sector se encuentra al borde de la desaparición ya que más de 240 mil familias carecen de terrenos para sembrar, se les niega el acceso créditos para comprar, no cuentan con subsidios y no pueden adquirir tecnología para mejorar cultivos.

La publicación mencionó que el impacto de la reducción de aranceles a productos como el arroz generó que de 25 mil productores nacionales que había en 1988 la cifra se redujera a unos dos mil.

El gasto en importaciones de arroz, señaló, pasó de un millón a más de 20 millones de dólares y los beneficiarios son los grandes exportadores estadunidenses y los comercializadores hondureños.

El maíz, según datos de del Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), representa el primer lugar en superficie sembrada, volumen de producción y superficie sembrada y no cubre en la actualidad la demanda nacional y el déficit se cubre con importaciones de Estados Unidos. EFE

 
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