"Cada
vez más la migración se está volviendo un asunto
en el que las mujeres asumen un comportamiento activo", señala
el estudio.
El documento
fue publicado durante la presentación en Honduras del Informe
de la Población Mundial 2006 "Hacia la esperanza, las mujeres
y la migración internacional" del Fondo de Población
de las Naciones Unidas (FNUAP).
Según
la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) del INE, realizada
en 2004, el número de emigrantes hondureños era de 254.530
personas y de ese total más del 85 por ciento residían
en Estados Unidos.
La encuesta
reveló que el 38 por ciento del total de emigrantes son mujeres
y jóvenes, de entre 20 y 35 años de edad, y que la mayoría
de las mujeres son madres de familia, con muy baja escolaridad, que
dejan a sus hijos en Honduras.
Las mujeres
y los jóvenes están dejando el país en busca de
mejores condiciones de vida, obligadas por el limitado marco de opciones
y oportunidades sociales y económicas que enfrenta la población.
El director
del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Sergio Javier Sánchez,
dijo que "las cifras van en crecimiento, estamos hablando que,
en comparación con el año anterior, se incrementó
el número de mujeres que empezaron a emigrar, estamos hablando
que del total de emigrantes el 38 por ciento son mujeres", informó.
"Si
bien es cierto que al país le beneficia con el ingreso de divisas,
por otra parte se crea un problema social porque existe la desintegración
de la familia", añadió.
En el evento,
las autoridades también hicieron énfasis en los riesgos
que corren los emigrantes, especialmente las mujeres, en su camino hacia
los Estados Unidos.
"El
proceso migratorio les hace vulnerables a la violación de sus
derechos humanos, a la violencia sexual, la infestación de enfermedades
de transmisión sexual, al castigo físico y al trabajo
comercial sexual", dijo Héctor Osorio del Programa sobre
Juventud del FNUAP en Honduras.
Osorio
demandó a las autoridades impulsar políticas encaminadas
a atender esta problemática y parar la migración de las
mujeres y jóvenes hondureños.
Al acto
de presentación del informe asistieron, entre otros, el representante
del FNUAP en Honduras, Jozef Maerien; la ministra del
Instituto Nacional de la Mujer, Selma Estrada, y la representante de
la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Mirna
Rodríguez.
Los
riesgos de la migración
Por lo general, los costos y los riesgos de los procesos migratorios
no son apropiadamente valorados por los emigrantes, especialmente los
indocumentados que se exponen, en primer termino al choque cultural
que implica el abandonar familia y amigos para incertarse en una cultura
distinta en la que predomina otra lengua, dice el documento.
Se enfrentan a otros riesgos como la pérdida de sus activos en
Honduras y las frecuentes violaciones a sus derechos humanos, que suelen
enfrentar durante la travesía.
Cuando el emigrante es una mujer tiene más posibilidades de sufrir
violencia sexual y abuso físico, indican los estudios.
Una vez en los Estados Unidos se enfrentan también al riesgo
de la explotación laboral, a la persecusión de parte de
las autoridades migratorias y a la posibilidad de verse involucrado
en actividades ilegales.
Deportaciones
Según los datos compartidos en el evento, en 2005 la Dirección
General de Migración reportó que por la vía
terrestre entraron al país 79.316 personas deportadas,
provenientes en su mayoría de México. De ese total,
95 por ciento era mayor de 18 años.
Asimismo
indicaron que en el mismo período, se reportaron 18.948
deportados por la vía aérea, provenientes casi en
su totalidad de los Estados Unidos. De ellos, el 97,4 por ciento
eran mayores de 18 años. |
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Además
de los deportados, en 2005 la cancillería hondureña reportó
la muerte de 159 migrantes mientras intentaban su travesía a
Estados Unidos.
Abordaje integral
El documento compartido en el evento, plantea la necesidad de demandar
de las autoridades un abordaje integral de esta problemática.
Señala que el énfasis de las políticas y acciones
del Gobierno se dirige hacia la promoción de la captación
de remesas a través del sistema financiero, los intentos de control
de los migrantes extranjeros que pasan por Honduras y la gestión
ante el Gobierno de los Estados Unidos para que se mantengan algunos
beneficios para los migrantes, como el programa de Protección
Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).
Una política integral de migración debería orientarse
hacia el abordaje de las causas del problema, y en ese sentido , traducirse
en una política de desarrollo económico y social, concluye
el documento.
Se debería además fortalecer el análisis de las
características de los procesos migratorios y dar enfasis a la
promoción del respeto de los derechos humanos de los migrantes
como una perpectiva de género, añadió.
Desde la perspectiva del FNUAP, las migraciones son una parte del proceso
de la globalización, pero nadie debería verse obligado
a migrar debido a situaciones de desigualdad, inseguridad, exclusión,
y alternativas limitadas en el país de origen.
PERFIL
DEL EMIGRADO |
En
el evento, se informó de que la edad mediana de los emigrados
hondureños es de 32,4 años.
En cuanto a su nivel educativo, el 35,5 por ciento de los emigrados
mayores de 25 años tienen un nivel inferior a noveno grado,
40,9 por ciento cursaron hasta doceavo grado y 23,5 por ciento
han cursado estudios universitarios, aunque no todos obtuvieron
un grado académico.
El nivel educativo de la población emigrada es superior
al de la que vive en Honduras, y, en ese sentido, se verifica
que al emigración representa una perdida de capital humano
para el país, añade el análisis.
Según los datos proporcionados, un 22 por ciento de lños
inmigrantes hondureños en los Estados Unidos están
por debajo de la linea de la pobreza. Este porcentaje es mayor
para el caso de las familias con jefe mujer, de las que un 38,8
por ciento vive en condiciones de pobreza.
El ingreso anual per capita de los emigrados es de 13.923 dólares.
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