El
primero, bajo la dirección del británico Paul Greengrass,
escogió un tono casi documental para describir el último
vuelo del cuarto avión secuestrado que nunca llegó
a destino.
Una
historia sórdida sin caer en el melodrama que no dejó
a nadie sin llorar en las salas, pero que sólo obtuvo 11,5
millones de dólares durante su estreno el pasado abril.
Por
contra "World Trade Center" tuvo el aire de una gran
producción, con 60 millones de presupuesto, Oliver Stone
como director y Nicolas Cage como protagonista, que encarnó
a uno de los últimos supervivientes rescatados con vida
de las Torres Gemelas.
El
resultado fue decente, con un estreno en agosto de 18,7 millones
de dólares y 26,5 millones de dólares en sus primeros
cinco días, pero que apenas se sintió en los anales
de Hollywood.
Ambos
proyectos respondieron la pregunta de cuándo se atrevería
Hollywood a tratar el momento más traumáticos de
la historia contemporánea de EEUU.
Pero
la reacción del público sigue siendo una incógnita.
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"Cinco
años más tarde tenemos una mejor perspectiva
pero sigue siendo muy pronto", insistió el periodista
de CNN Peter Bergen.
La
respuesta es un lugar común que ambos realizadores
niegan a sabiendas de que tienen la historia del cine de
su parte.
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A
los cinco meses del ataque de Pearl Harbor que marcó la
entrada de EEUU en la II Guerra Mundial, Republic Pictures estrenaba
"Remember Pearl Harbor", la primera cinta patriótica
sobre este momento que muchos equiparan, por histórico
y traumático con el 11-S.
Y
con un tono totalmente alejado de la propaganda, William Wyler
estrenó en 1946 "The Best Years of Our Life",
considerado uno de los mejores filmes sobre la II Guerra Mundial
y galardonado con siete premios Oscar.
Tan
sólo había pasado un año del conflicto mundial.
Pero
en el caso de los atentados del 11-S, además del factor
emocional está el visual ya que dada la tecnología
actual la brutalidad de los atentados fue vivida en directo, recogida
segundo a segundo en televisión, prensa o internet.
De
hecho, muchos de los espectadores que ahora dudan en ir al cine
vieron en directo el momento en el que el segundo avión
secuestrado por terroristas chocó contra las Torres o como
estas se desplomaron como un castillo de naipes.
Poco
más puede ofrecer Hollywood a este espectáculo dantesco
que la audiencia vio en directo o en sus continuas repeticiones.
"En
las próximas cuatro semanas la única forma de evitar
estas imágenes será apagar la televisión",
recomienda este mes la periodista del "The New York Times"
Alessandra Stanley.
Como
rubricó Martin Kaplan, profesor de la escuela de comunicación
de la Universidad del Sur de California (USC) la pregunta no es
sí al público le interesa ver el 11-S en el cine,
sino "qué es lo que queda por contar".
Steven
Spielberg, autor de "Saving Private Ryan" y "Schindler's
List", dijo que nunca tocaría este tema en el cine
pero no pudo evitar su influencia en "War of the World"
cuando mostró un éxodo humano en una lluvia de cenizas,
sangre y humo.
Además,
las referencias indirectas al 11-S son inevitables y continuas,
desde "Zoolander", la primera cinta que borró
las Torres Gemelas de su horizonte, hasta la serie de "Rescue
Me", centrada en una estación de bomberos en
Nueva York tras los atentados.
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Como
dijo el realizador Spike Lee apenas un año después
de la tragedia, Hollywood acabará mostrando de todo en
nombre del 11-S.
"Primero
telefilmes terribles y luego algún 'megaestreno' a lo Jerry
Bruckheimer", detalló en referencia al productor de
filmes épicos sensacionalistas como "Pearl Harbor".
"Pero
también llegará el momento del equilibrio a la hora
de hablar de algo que necesita ser contado", resumió.
EFE