Cerca
de un tercio de los neoyorquinos confiesa que piensa cada día
en lo que ocurrió el 11 de septiembre del 2001, en tanto
que una proporción similar reconoce que su vida cambió
tras el ataque y que nunca ha podido retomar las rutinas y forma
de vida previas.
Una
sensación distinta se observa, según el "Times",
entre los encuestados que viven en otras zonas de Estados Unidos,
y que, de alguna forma, se han acostumbrado a la "nueva normalidad"
que impuso el ataque terrorista.
De
hecho, según los datos recabados en la encuesta, sólo
un 22 por ciento se considera, a nivel nacional, "muy preocupado"
por la posibilidad de un atentado en el lugar donde viven, frente
al 39 por ciento de hace cinco años.
Además,
tres cuartas partes de los encuestados en el resto del país
afirma que su vida ha regresado a la normalidad.
Pero
los neoyorquinos lo viven de otra manera, con mayor inquietud,
especialmente en lo que respecta a su confianza en la administración.
De
hecho, la mayoría de los habitantes de la "Gran Manzana"
cree que la contaminación del aire tras el derrumbamiento
de las Torres Gemelas es más peligrosa de lo que dijeron
las autoridades en ese momento.
 |
Igualmente,
piensan que el gobierno federal no hizo "todo lo que
se esperaba" para proteger a los Estados Unidos de
un posible ataque terrorista.
En
la actualidad, un 72 por ciento de los neoyorquinos opina
que el Gobierno podía haber hecho más, comparado
con el 58 por ciento del total nacional, según informa
el diario.
|
Ahora,
seis de cada diez habitantes de Nueva York reconoce no estar dispuesto
a trabajar en uno de los pisos altos de los nuevos edificios del
World Trade Center.
La
encuesta de The New York Times y de CBS News se realizó
en agosto, por vía telefónica, entre 1.206 personas
adultas a nivel nacional y 838 personas en Nueva York. EFE