Naciones
Unidas - La ONU adoptó, en vísperas de
la conmemoración del quinto aniversario del 11-S, una estrategia
global contra el terrorismo, con medidas específicas que
deberán aplicar los gobiernos y organismos internacionales
y regionales.
Tras la adopción, el secretario general de la ONU, Kofi
Annan, manifestó que "el próximo aniversario
de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 debería
servir para recordar solemnemente las consecuencias injustificables
y atroces del terrorismo en todas las partes del mundo".
En este contexto, hizo un llamamiento a todos los Estados miembros
"a que rindan homenaje a las víctimas del terrorismo
en todo el mundo, a través de la rápida implementación
de todos los aspectos de esta estrategia".
En el documento aprobado se recogen las resoluciones y decisiones
que se han tomado anteriormente por la Asamblea General y por
el Consejo de Seguridad, y se pide a los Estados miembros que
se adhieran a los convenios y protocolos que se han puesto en
vigor.
Por primera vez, en un plan estratégico de esta relevancia,
se exhorta a los gobiernos del mundo a poner en marcha un sistema
de asistencia para las víctimas del terrorismo y sus familiares
con el fin de que puedan normalizar sus vidas.
Otras novedades que presenta la nueva estrategia hacen referencia
a la creación de un equipo especial dependiente del Secretariado
de la ONU, para que coordine y dé coherencia a todas las
iniciativas en la lucha contra el terrorismo que lleva a cabo
la organización mundial.
Entre las medidas concretas, cabe destacar la creación
de una base de datos sobre actos criminales en el campo de la
biotecnología, así como acciones específicas
para impedir el uso de Internet por parte de los terroristas.
Además, se estipula que los gobiernos garanticen que no
conceden el asilo a personas vinculadas con organizaciones terroristas,
así como aumenten el control fronterizo para evitar el
tránsito de sospechosos terroristas, armas y otros materiales
susceptibles de ser usados en actos terroristas.
En el área de la prevención, se insta a los gobiernos
que promuevan propuestas de diálogo entre civilizaciones,
culturas, gentes y religiones y hace un énfasis especial
en la iniciativa de la Alianza de las Civilizaciones, lanzada
por Annan, pero cuya idea inicial surgió del presidente
español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Asimismo, se destaca que es crucial para prevenir el terrorismo
impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, con énfasis
especial en la erradicación de la pobreza, así como
se alienta a la aplicación de programas de integración
social de jóvenes inmigrantes en países desarrollados.
El
documento, sin embargo, deja claro que todas las actuaciones que
se lleven a cabo en la lucha contra el terrorismo en el mundo
deben ajustarse al derecho internacional y concretamente respetar
los derechos humanos.

Kofi
Annan |
El
embajador español, Juan Antonio-Yañéz-Barnuevo
y su homólogo de Singapur, Vanu Golapa Menon, presidieron
las intensas negociaciones que empezaron a finales de abril
para elaborar el documento, labor que ha sido ampliamente
elogiada.
"Es
un gran día para la ONU, porque se ha podido aprobar
por consenso esta estrategia que representa un hito en la
historia del organismo mundial", declaró a Efe
el embajador español.
Yañez-Barnuevo
resaltó que el documento está "vivo"
y que su aplicación se revisará periódicamente,
por lo que se espera que al cabo de dos años se vuelva
a discutir en la Asamblea General para introducir nuevas
medidas. |
"Su
aprobación representa también una victoria para
la Asamblea General, ya que muchos países consideraban
que el Consejo de Seguridad había tomado la delantera y
monopolizado el tema de la lucha antiterrorista", agregó.
La Asamblea General había perdido peso en este asunto ante
la incapacidad, por discrepancias políticas y legales entre
los países, de concluir la elaboración de una Convención
Global sobre el Terrorismo Internacional.
Pese a que se unieron al consenso, algunos países expusieron
sus reservas al documento, por considerar que da pie a ciertas
ambigüedades y a interpretaciones erróneas.
Concretamente, criticaron que no se haya definido el controvertido
término de "terrorismo", y que no haya una diferenciación
con los actos que llevan a cabo algunos grupos en territorios
ocupados, y que no se mencione tampoco el "terrorismo de
Estado".