A
su vez, indicó que hay "mucho trabajo por delante"
en la lucha contra el terrorismo.
Por otro lado, negó algunas informaciones periodísticas
estadounidenses según las cuales su influencia en Washington
se debilita por su supuesta falta de cálculo en el conflicto
con Irak, y por no contar tanto con la atención de Bush,
en favor de otros compañeros de gabinete.
También negó haber dicho "claramente"
en su día que el derrocado presidente de Irak, Sadam Husein,
desempeñara algún papel en los atentados del 11
de septiembre del 2001.
Todo ello, según Cheney, lo hizo de acuerdo con las informaciones
que le proporcionaron en su día los organismos de espionaje
de su país.
Interrogado sobre el asunto, contestó afirmativamente que
EEUU hubiera invadido Irak en el 2003, aunque la CIA le hubiera
informado a él y Bush de que este país no poseía
armas de destrucción masiva.
Por último, se mostró en desacuerdo con una juez
federal de que la ciudad de Detroit (EEUU) ordenara en agosto
pasado interrumpir de forma inmediata las escuchas telefónicas
sin autorización judicial.
La magistrada, Anna Diggs Taylor, emitió un fallo en el
que considera que el programa de espionaje puesto en marcha por
el Gobierno dentro de EEUU es inconstitucional. EFE