La
Organización de Países Exportadores de Petróleo
(OPEP) celebra mañana en su sede central, en la capital
austríaca, una reunión para acordar el nivel de
su producción de crudo durante el último trimestre
del año, cuando la demanda mundial aumenta por la llegada
del frío al hemisferio norte, que dispara el consumo de
calefacción.
En vísperas a esta cita, los ministros
de Energía y Petróleo de los países miembros
del grupo que han arribado a Viena abogaron por dejar todo como
está, al menos de momento, pues, según manifestaron,
la situación actual en los mercados es satisfactoria.
El ministro de Petróleo de Arabia Saudí, Ali I.
Naimi, consideró que no hay razón para que los productores
estén preocupados.
Arabia Saudí, Irán, Argelia, Libia,
Emiratos Arabes Unidos y Kuwait coinciden en querer mantener sin
cambios la cuota actual de producción, que, establecida
en 28 millones de barriles diarios (mbd) de crudo, engloba el
bombeo de diez de los países miembros, todos menos Irak.
"Todo quedará como está",
señaló hoy en Viena el presidente de la Corporación
Nacional de Petróleo de Libia, Shokri Ghanem.
"No estoy preocupado por los precios, incluso
si caen un poco, es una corrección", añadió
el máximo responsable del sector petrolero libio, para
quien "los precios actuales no están relacionados
con los fundamentos del mercado (la relación entre la oferta
y la demanda)" porque les afecta "la geopolítica
y la retórica".
"El mercado está estabilizándose,
creo que la gente está satisfecha con el suministro, ¿por
qué tenemos que estar preocupados?" dijo por su parte
Ali I. Naimi, ministro de Petróleo de Arabia Saudí,
el mayor exportador mundial de crudo.
"Para Argelia, los inventarios están
bastante bien, la economía va bien y los precios están
altos, así que imagino que no vamos a hacer nada",
señaló el ministro de Energía de Argelia,
Chakib Jelil.
Frente a la fuerte escalada que experimentaron
los precios en los últimos dos años y medio, la
OPEP reaccionó con sucesivos aumentos de su cuota hasta
alcanzar el nivel actual el 1 de julio de 2005.
Con Irak -cuya producción sufre fuertes
variaciones por los frecuentes atentados contra sus infraestructuras
petrolíferas-, el bombeo del grupo alcanzó los 30
mbd, el nivel más alto del último cuarto de siglo.
Pese a este incremento de la oferta y al de las
exportaciones de los países productores ajenos a la organización,
las cotizaciones del "oro negro" continuaron escalando
valores récords y escaparon al control de los productores,
hasta superar hace un mes los 78 dólares por barril, tras
lo cual han caído un 15 por ciento.
El barril de Brent, el crudo de referencia para
Europa, ha descendido hasta cerrar el viernes a 65,33 dólares
el barril en el mercado de futuros de Londres, mientras que el
del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente en Estados
Unidos, terminó la semana en Nueva York a 66,25 dólares.
La llamada "cesta-OPEP", el barril que,
calculado en base a once tipos de petróleo -el más
exportado de cada país miembro-, utiliza la organización
como referencia, ha caído 10 dólares hasta los 62,84,
un nivel que no se registraba desde el 19 de junio.
Naimi destacó al llegar a Viena el papel
de la política de la OPEP, y en particular de Arabia Saudí
-que bombea 9,2 mbd- en la moderación de los precios, que
revela "cuidado y atención al crecimiento de la economía
mundial, y en particular a la de los países en desarrollo".
No obstante, frente a estas declaraciones, que
apuntan a un consenso para mantener la oferta al nivel actual,
destaca la preocupación manifestada el sábado por
el presidente de turno del grupo y ministro nigeriano de Recursos
Petroleros, Edmund Daukoru.
"Creo que tenemos asuntos interesantes que
tratar esta vez: han visto que los precios cayeron 10 dólares
en el plazo de un mes.
Nosotros estuvimos produciendo la cuota por un
largo período de tiempo", dijo Daukoru.
El presidente del grupo consideró que la
OPEP debe comenzar a ver cómo recuperar el perdido control
sobre los precios.
Mientras
los precios seguían subiendo a pesar de que los productores
bombeaban todo lo que podía, "era como viajar con
piloto automático", pero, según Daukoru, en
algún momento la organización debe "volver
al pilotaje manual", lo que significaría retornar
a influir la evolución de los precios mediante aumentos
y recortes de la oferta. EFE