Ahmadineyad será uno de los pocos altos dirigentes de Oriente
Medio que acudirá el próximo viernes a la cita en
la capital cubana, después de que haya caído del
cartel de la cumbre el presidente sirio, Bachar al Asad, el otro
país "díscolo" de la región, a
los ojos de EEUU.
Bachar
ha enviado en su lugar al ministro de Exteriores, Walid al Muallen,
después de que durante varios días se asegurase
en Damasco que el jefe de Estado sirio viajaría para buscar
apoyo dentro del NOAL ante las crecientes presiones que su país
recibe desde Estados Unidos y, en menor medida, de la Unión
Europea (UE).
El
régimen sirio es acusado principalmente de ayudar al movimiento
chií libanés Hizbulá a conseguir armas a
través de la frontera común sirio-libanesa, de entorpecer
el proceso de paz palestino-israelí al acoger a los grupos
palestinos más radicales y de permitir la entrada en Irak
de grupos insurgentes.
Aún
no se sabe si otros jefes de estado de la región participarán
en esta reunión en un momento en que el peso del mundo
árabe se ha devaluado dentro del NOAL, a diferencia de
sus primeros tiempos, cuando el presidente egipcio Gamal Abdel
Nasser fue uno de sus fundadores.
Hoy
en día, superados aquellos tiempos de la retórica
anticolonialista de los primeros años de la década
de 1960, el mundo árabe aparece, con muy pocas excepciones,
bastante "alineado" con la política estadounidense
en la región.
Aun
así, los países de la región intentarán,
según fuentes diplomáticas árabes, que la
cumbre de La Habana concrete alguna declaración de apoyo
al Líbano, con peticiones precisas a Israel para que retire
a sus tropas del país de los Cedros.
Los
conflictos de Palestina y de Irak también figurarán
de algún modo en la agenda de los No Alineados, aunque
en este caso no se espera poco más que llamamientos retóricos
al final de la violencia, a la estabilidad y a la necesidad de
privilegiar las negociaciones ante todo conflicto.
Pero
será sin duda la presencia del presidente de Irán,
Mahmud Ahmadineyad, la que convertirá el contencioso nuclear
iraní en uno de los ejes de la cumbre, y los observadores
en la zona consideran que Ahmadineyad buscará en sus socios
del NOAL un respaldo explícito a los derechos nucleares
de su país.
La
retórica iraní de la energía nuclear como
un derecho inalienable de los países pobres casa muy bien
con la línea ideológica tercermundistas que siempre
ha caracterizado al NOAL.
Si
Bachar al Asad hubiera acudido a La Habana y si el presidente
Fidel Castro estuviera en plena forma, la foto del líder
cubano, Bachar, Ahmadineyad y el venezolano Hugo Chávez
habría sido la imagen del nuevo "eje" que se
perfila en América y Asia contra la hegemonía de
Estados Unidos en el mundo. EFE