El
caso de esa mujer en sí mismo no presentaba ninguna novedad
en Pakistán, donde los crímenes de honor siguen
siendo bastante comunes, pero lo que fue novedoso y sorprendente
era el hecho de que ella denunciase el acto y consiguiese salir
victoriosa.
Tres años después de su violación, los cinco
acusados en el caso fueron condenados por el Tribunal Supremo
paquistaní, ante el cual, Mai tuvo que apelar después
de un tribunal inferior les absolviera.
Posteriormente, el presidente de Pakistán, general Pervez
Musharraf, también intervino en el caso para asegurar que
Mai consiguiera que se hiciera justicia.
A los 34 años, Mai ha comenzado ahora a contribuir con
artículos semanales a un "weblog" en la página
de internet del servicio urdu del canal británico BBC.
"Mayoritariamente hablo de incidentes que son crueles y dolorosos.
Trato
de tocar solamente temas serios en mi blog: el maltrato de las
mujeres, que a veces llevan hasta la muerte", dice.
Su blog es único en que ella, que apenas sabe leer y escribir,
cuenta sus historias y opiniones a los periodistas de la BBC,
que los presentan en formato de un blog, al alcance de miles de
personas que pueden así compartir las experiencias de esta
valiente mujer.
Sus comentarios no ofrecen solamente una idea de los delitos cometidos
por hombres contra las mujeres de las zonas rurales del país,
sino también sus dificultades cotidianas.
"Creo que ni todos en mi pueblo saben de lo que escribo,
pero sí he recibido algunos correos de otros lugares, que
me animan para que continúe", afirma.
La página web de la BBC también ha recibido muchos
correos apreciando esta iniciativa y, curiosamente, la mayoría
son de hombres. Uno de los mensajes dice por ejemplo, "Mukhtara,
has iniciado algo estupendo. Crímenes como el que fue cometido
contra ti, seguirán siempre que los poderosos continúen
molestando a los débiles".
Su caso se ha convertido en un símbolo de la lucha contra
la discriminación de la mujer en Pakistán, una república
islámica que, aunque castiga por ley este tipo de conductas,
son toleradas socialmente.
En diciembre de 2004, el Parlamento paquistaní aprobó
enmiendas al Código Penal para endurecer las penas por
los "crímenes de honor", que previamente apenas
estaban castigados por la legislación del país.
El dinero que obtuvo tras ganar el caso judicial, lo utilizó
para abrir dos escuelas en su propio pueblo, para los niños
pobres que viven ahí. Ella misma, siendo analfabeta, también
está inscrita como alumna en su escuela, al igual que los
hijos de los cinco hombres acusados de violarla.
"No quería gastar ese dinero en mí misma",
dice Mai, sobre los 10.000
dólares que recibió por parte de una Organización
No Gubernamental (ONG) extranjera.
"Si yo viviera una vida lujosa, ¿que pasaría
con el futuro de los niños?" preguntó, al afirmar
que "la educación tendrá un papel muy importante
para cambiar los pensamientos de los hombres.
Con este fin ha fundado las escuelas "Mukhtara Mai"
para niñas y "Farid Gujjar" para niños,
nombrada en memoria de su padre.
Mai se ha convertido en un símbolo para miles de mujeres
paquistaníes que sufren este tipo de "crímenes
de honor", y a menudo se la compara con Rosa Parks y Mahatma
Gandhi por la valiente lucha que llevó a cabo a favor de
la justicia e igualdad. EFE