En
un discurso de poco más de un cuarto de hora desde el Despacho
Oval, el presidente estadounidense repasó cómo ha
evolucionado la situación desde aquellos atentados que
se cobraron la vida de cerca de 3.000 personas en Nueva York,
Washington y Pensilvania y afirmó que la lucha contra el
terrorismo no ha hecho más que empezar.
El combate contra el terrorismo representa "la
lucha ideológica decisiva del siglo XXI y la misión
de nuestra generación", sostuvo Bush, en un discurso
de tono sombrío en el insistió en que, pese a todo,
EEUU se impondrá y los líderes terroristas como
Osama bin Laden serán capturados.
Bush dedicó un capítulo especial
dentro de su discurso a la guerra en Irak, que defendió
con insistencia pese a que reconoció la existencia de "errores"
en el pasado.
"Sean cuáles sean los errores que
se hayan cometido en Irak, el peor error sería pensar que
si nos retiramos, los terroristas nos dejarán en paz",
insistió el presidente, quien reiteró que EEUU no
saldrá de ese país "hasta que hayamos acabado
el trabajo".
"Irak será un país libre y
un aliado firme en la lucha contra el terrorismo", continuó.
En su repaso a la situación, Bush recordó
que desde el 11-S no se ha producido otro ataque terrorista en
suelo estadounidense, pero los terroristas "no han permanecido
ociosos", como lo demuestra el plan desmantelado en agosto
para atentar contra aviones entre el Reino Unido y EEUU.
La guerra contra el terrorismo, aseguró,
"es una lucha por la civilización. Combatimos por
mantener el estilo de vida que disfrutan los países libres",
sostuvo el presidente estadounidense.
El disidente saudí Osama bin Laden, líder
de la red Al Qaeda, se encuentra aún fugitivo pero "nuestro
mensaje es claro: no importa cuánto tiempo haga falta,
EEUU le encontrará y le llevaremos ante la justicia",
prometió.
Precisamente, este domingo el periódico
"The Washington Post" afirmaba que las pistas sobre
el paradero de Bin Laden "se han enfriado" desde la
invasión estadounidense de Afganistán y no se han
recibido indicios fiables desde hace dos años.
Pero, según Bush, "derrotaremos a
nuestros enemigos, protegeremos a nuestro pueblo y convertiremos
el siglo XXI en una era dorada de libertad humana".
Para ello, hizo un llamamiento a la unidad de
los ciudadanos: "Ganar esta guerra requerirá los esfuerzos
decididos de un país unido", apuntó, antes
de instar a los estadounidenses a "dejar de lado nuestras
diferencias, y colaborar para superar la prueba a la que la historia
nos ha sometido".
Una encuesta difundida hoy por la cadena CNN afirma
que la cifra de estadounidenses que culpa al gobierno de Bush
por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 ha subido
del 30 a casi el 50 por ciento en cuatro años.
La
guerra en Irak, cuya desaprobación ha crecido gradualmente
entre los ciudadanos, y la lucha contra el terrorismo se perfilan
como dos de los grandes temas en la campaña de cara a las
elecciones legislativas de noviembre, donde están en juego
un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes.
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El
discurso de esta noche culminó una jornada que Bush
dedicó por completo a participar en actos conmemorativos
de los atentados del 11-S.
Bush
comenzó la jornada en Nueva York junto a la primera
dama, Laura Bush, con una reunión con las fuerzas
de seguridad y voluntarios que acudieron a socorrer a las
víctimas tras el atentado contra las Torres Gemelas.
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Tras
una breve parada en Shanksville (Pensilvania), donde se precipitó
un avión cuando los pasajeros intentaban arrebatar el control
a los terroristas, el presidente concluyó su periplo en
el Pentágono, en las afueras de Washington, para rendir
homenaje a los casi 200 militares y civiles muertos al estrellarse
otro de los aviones. EFE