No
obstante, el análisis del Fondo está repleto de
advertencias de que las cosas pueden girar en la dirección
contraria cuando se reduzca la gran liquidez actual a nivel mundial
y los inversores se lo piensen dos veces antes de poner su dinero
en activos de riesgo, circunstancias que el organismo considera
"probables".
El FMI manifestó su "inquietud" por la "incertidumbre
política" en América Latina, generada por las
dudas sobre si algunos gobiernos resistirán la tentación
de adoptar "medidas populistas".
El economista jefe del Fondo, Raghuram Rajan, achacó esta
situación a que el crecimiento en la región ha favorecido
a la población de forma muy desigual, lo que ha dado lugar
a demandas de mejor acceso a la educación y a la salud
"que están encontrando su voz en los movimientos más
populistas".
"Es necesario responder a esta demanda de que se repartan
los frutos de la prosperidad, pero de una forma que aumente las
oportunidades para todos, y no que le quite a unos para dar a
otros", explicó Rajan.
El informe también citó con preocupación
el aumento del gasto público, especialmente en Venezuela.
Este año se han celebrado o tendrán lugar un gran
número de elecciones en la región, lo que siempre
tiende a convencer a los Gobiernos a aflojar el bolsillo.
El Fondo alertó de que no todos los países están
gastando el dinero extra de forma adecuada y pidió austeridad
fiscal para reducir la deuda exterior, como no deja de hacer nunca
en sus informes sobre la región.
En lo que no se gasta lo suficiente es en inversiones en el sector
de los hidrocarburos, según el Fondo.
Mientras que Brasil ha logrado este año la autosuficiencia
energética, la producción en países como
México y Venezuela crece muy lentamente o se contrae, de
acuerdo con la institución.
Sus críticas más duras, no obstante, las dirigió
a Bolivia y Ecuador. Afirmó que la decisión de nacionalizar
los hidrocarburos por parte del Gobierno de Evo Morales "ha
aumentado la incertidumbre y puede haber puesto en peligro las
perspectivas de nuevas inversiones".
A Quito le recordó que la producción de la empresa
estatal petrolera Petroecuador ha caído y que el aumento
del bombeo "depende de la capacidad del Gobierno para mejorar
el clima de inversiones".
A pesar de todas estas advertencias, en su informe de hoy, el
Fondo ha mejorado sus pronósticos de crecimiento para las
economías más grandes de la región.
Tirarán del carro dos países que son muy críticos
con las políticas económicas recomendadas por el
FMI: Argentina y Venezuela.
El país austral crecerá un 8 por ciento este año,
siete décimas más que lo que el organismo había
predicho en abril, y un 6 por ciento en 2007, lo que supone una
revisión al alza de dos puntos porcentuales.
El FMI también subestimó entonces a Venezuela, cuya
economía se expandirá un 7,5 por ciento en 2006
y un 3,7 por ciento en 2007.
En la anterior edición del informe, la institución
dijo que el Producto Interior Bruto (PIB) de Venezuela subiría
un 6 por ciento este año y un 3 por ciento en 2007.
Brasil también crecerá más: un 3,6 por ciento
este año y un 4 por ciento el siguiente. Y lo mismo hará
México, con aumentos del 4 por ciento y el 3,5 por ciento
en los mismos períodos.
Aunque buenas, las cifras latinoamericanas palidecen comparadas
con las de otras regiones de países en desarrollo.
Asia, sin incluir Japón, se expandirá cerca de un
9 por ciento anual hasta 2007, mientras que Africa registrará
un crecimiento del 5,4 por ciento este año, y del 5,9 por
ciento en 2007.