Italia llora a la polémica periodista Oriana

   

15 de septiembre de 2006

Roma - Siempre polémica, admirada y criticada, la escritora y periodista Oriana Fallaci ha muerto en su Florencia natal tras una lucha contra el cáncer en los últimos años, en los que ocupó la atención internacional por sus duras críticas contra el islamismo radical.


Aunque la escritora, de 77 años, falleció anoche en una clínica de Florencia, donde había ingresado por un empeoramiento de su salud, hasta esta mañana los italianos no supieron que había muerto "de un mal incurable", pues los medios en este país raramente citan abiertamente el cáncer, al que ella llamaba "el otro".

Las exequias, según su deseo, se realizarán en la intimidad, con la misma discreción con la que pasó sus últimos días, pues no se sabía nada de su internamiento ni de su regreso desde Estados Unidos, donde residía.

Periodista precoz, comenzó a los 16 años en un periódico de Florencia, y famosa por sus entrevistas a líderes políticos, entre ellos el disidente de la dictadura griega Alekos Panagulis, con el que vivió una historia de amor.

Admirada en sus primeros años, los libros y artículos que escribió a partir del 11 de septiembre de 2001, cuando empezó su propia guerra en defensa de la cultura occidental y en clara contraposición con el fundamentalismo islámico, le acarrearon encendidas críticas.

No han tardado en llegar los pésames y reconocimientos a la escritora: "se ha apagado una voz de libertad", "ha representado una conciencia de nuestro tiempo", "con ella se va un espíritu libre", fueron algunos de los comentarios de representantes del ámbito político.

"Una periodista de fama mundial, escritora de gran éxito editorial, apasionada protagonista de vivas batallas culturales, admirable en la valiente lucha contra el mal que le había afectado", dijo el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano.

Como a Fallaci le gustaban las polémicas, no ha faltado quien ha recordado sus controvertidas opiniones, entre ellos Jacopo Venier del Partido de los Comunistas Italiano (PDCI), quien dijo que el dolor que sentía no modifica su "desacuerdo con las tesis aberrantes que mantuvo en los últimos años de su vida".

"La guerra por desgracia tiene sus cantores e intelectuales y Fallaci ha sido una de las voces de ese trágico coro", agregó.

El cáncer atacó a Fallaci en invierno de 1991 pero no quiso interrumpir la traducción de su libro "Inshallah", rodeado de polémica, que sería sólo el preludio de las que generó "La rabia y el orgullo", basado en un artículo que publicó tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.

A "La rabia y el orgullo", siguieron "La Fuerza de la Razón", tras los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004, y "Oriana Fallaci entrevista a Oriana Fallci".

En "La fuerza de la razón", la periodista advertía "de las aviesas intenciones del Islam" y acuñó el término Eurabia, que es lo que se ha convertido Europa, "una provincia del Islam" que con "su sometimiento al enemigo está cavando su propia tumba".

Algunas frases de este libro le valieron una denuncia por vilipendio al Islam y un juicio, aún en curso, a instancias del presidente de la Unión de Musulmanes de Italia, Adel Smith, conocido por su campaña contra el crucifijo en las escuelas, al calificó de "cadáver" y que hoy lamentó que haya muerto sin redimirse.

La escritora, que quería morir en su Florencia natal, estuvo internada en la una clínica del centro de la ciudad, desde la que, según los que la conocen, se ve la cúpula de Santa María del Fiore y también el campanario de Giotto.

En "Oriana Fallaci entrevista a Oriana Fallaci" (2004), habló de su cáncer de mama y dijo que no le quedaba mucho tiempo por vivir pero si "muchas cosas todavía por contar".

Escribió que no tenía miedo a la muerte y que sentía "una especie de melancolía. Me desagrada morir, sí, porque la vida es bella, incluso cuando es fea".

 
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