En
el acto pereció el ebanista Orlando Antonio Tercero Velásquez
(35), originario de la aldea San Judas, El Corpus, Choluteca y residente
en la cholomeña colonia “Victoria”. De igual
manera, sus hermanas menores, Belsy Marbeli (14) y Gladys Onoria
(13), residentes en la también colonia cholomeña “Las
Torres”.
En iguales circunstancias falleció, su prima Mirna Azucena
Velásquez (25), residente en la aldea antes mencionada, quien
recién había llegado a la costa Norte, sólo
a pasear.
Asimismo, otra prima identificada como Orbilicia Dixiana Pérez
(21), originaria de la aldea El Guajiniquil, El Corpus, quien vivía
en la misma casa de sus parientes, porque cursaba el primer año
de la carrera de Administración de Empresas, mediante el
sistema de Educación Media a Distancia, que funciona los
fines de semana en el instituto público “Manuel Pagán
Lozano” de la colonia “López Arellano”.
Esta precisamente les vendió los boletos a los demás
familiares para que fueran a la excursión, organizada por
los colegiales para recaudar 40 mil lempiras que necesitan como
“capital semilla”, para instalar en el último
año una microempresa para poder graduarse.
Estos salieron a las 6:00 de la mañana llevando dos autobuses
llenos de excursionistas y durante la mañana todo fue alegría
y tranquilidad, pues disfrutaban de un día de sol, mar y
arena.
Sin embargo, al mediodía, los cinco parientes bañaban
y jugaban con una pelota, sin saber nadar, cerca del desaparecido
muelle, cuando una inmensa ola, seguida de un remolino, se los “tragó”
en cuestión de minutos, muriendo al instante. Los únicos
que se salvaron de la familia, fueron Reynaldo Otoniel (19) y Mauricio
Rodiney Tercero Velásquez (7), quienes prefirieron quedarse
en la playa.
El pequeño relató a sus familiares que se formó
un remolino y que Orlando Antonio, levantaba las manos y gritaba
pidiendo auxilio, pero luego desapareció junto a los demás.
Los cadáveres fueron rescatados en horas de la tarde por
cuerpos de socorro y tras el reconocimiento de ley, las autoridades
se los entregaron a sus parientes, quienes los llevaron a la colonia
donde residían, para ser preparados y trasladarlos anoche
mismo a sus comunidades de origen, en medio del dolor.
Para hoy o mañana tienen previsto darles cristiana sepultura,
mientras que la casa de la familia, al igual que un billar donde
fueron velados por unas horas, se vieron abarrotados por una gran
cantidad de amigos y vecinos que lamentaron la tragedia.
Por otro lado, algunos alumnos indicaron que el director de la jornada
les había autorizado verbalmente la excursión, porque
era un fin de semana feriado.
Sin embargo, el profesor José Dimas Fernández, dijo
que las autoridades del colegio no autorizan excursiones a partes
muy largas y les tienen advertido a los estudiantes, que son mayores
de edad, que si lo hacen, los riesgos corren bajo su responsabilidad.
Refirió que cuando se trata de lugares cercanos, se les pide
que lleven un bombero, una enfermera y algunos profesores, con los
que, se debe establecer un plan de emergencia en caso de una eventualidad.
Tomado de la Tribuna.hn
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