Bush se reunió hoy en Nueva York por separado con Saca
y Zelaya, con los que analizó la situación en América
Latina, en vísperas de su participación en la 61
Asamblea General de la ONU mañana.
Según
el director para América Latina del Consejo de Seguridad
Nacional en la Casa Blanca, Daniel Fisk, en ambas reuniones los
presidentes se mostraron unánimes a la hora de expresar
su deseo de unos comicios nicaragüenses en los que "todos
tengan oportunidad de participar".
Los comicios
del próximo 5 de noviembre en ese país centroamericano
deben desarrollarse "de la manera más neutral posible",
instaron los mandatarios.
El candidato
sandinista , Daniel Ortega, que gobernó el país
entre 1985 y 1990 es el favorito en las elecciones nicaragüenses,
según las distintas encuestas.
Ortega suscribió
el viernes una alianza con el líder del Partido de Resistencia
Nicaragüense (PRN), Salvador Talavera, algo que cinco ex
comandantes "contras" consideran que es un "complot"
contra su candidato, Eduardo Montealegre, de la Alianza Liberal
Nicaragüense.
Bush y los
dos presidentes centroamericanos analizaron hoy también
en sus reuniones la situación en Venezuela, en especial
lo que Fisk describió como la estrategia de ese país
de "utilizar sus recursos energéticos para apuntarse
tantos políticos".
En su reunión,
Bush y Zelaya también repasaron la situación en
Cuba y expresaron su apoyo al pueblo cubano en sus aspiraciones
a la democracia, explicó el alto funcionario estadounidense.
El mandatario
hondureño explicó también sus posiciones
a su homólogo estadounidense sobre posibles vías
para rebajar el precio de los productos energéticos.
Bush, por
el contrario, expresó su preferencia por dejar que sea
el mercado quien fije los precios e hizo notar la bajada que el
combustible ha registrado en las últimas semanas.
En la otra
reunión, Bush abordó cuestiones como la Cuenta del
Milenio, el programa de ayuda estadounidense a los países
en desarrollo democráticos, y en el que El Salvador espera
ser el tercer beneficiario latinoamericano después de Honduras
y Nicaragua.
Ambos mandatarios
repasaron también el problema de las pandillas, y según
Fisk, Bush "se mostró receptivo a ver qué es
lo que podemos hacer".