Tegucigalpa
- El ex presidente Rafael Leonardo Callejas reaccionó indignado
a la decisión del gobierno de Estados Unidos de
revocar su visa y calificó las causas que
la motivaron como “inaceptables”, dejando entrever
que hubo una intención o un mensaje implícito de
exponerlo ante la opinión pública.
“Yo no tengo cuentas en Panamá, Suiza o Luxemburgo,
para mi estas son decisiones totalmente orientadas a demostrar
políticamente el poder del gobierno americano”, aseveró.
Callejas compareció esta tarde ante los medios de comunicación
de Honduras, cuatro horas después de ingresar al país
procedente de El Salvador, en donde tuvo que pernoctar la noche
del martes, luego de ser detenido y expulsado del aeropuerto de
Miami por las autoridades migratorias estadounidenses.
Su comparecencia tuvo lugar en un hotel de la capital ante un
enjambre de periodistas, camarógrafos y fotógrafos
de los diferentes medios de comunicación que se apretujaron
en un pequeño cubículo.
A raíz del desorden que primó al inicio de la conferencia
de prensa, Callejas tuvo que tomar el micrófono y pedir
orden a los comunicadores para poder exponer sus argumentos en
torno a la revocatoria de su visa.
Al lugar se hicieron presentes un numeroso grupo de políticos,
ex funcionarios, activistas y simpatizantes del ex jefe de gobierno,
quienes gritaron vivas cuando este hacía su ingreso al
lugar.
Callejas comenzó agradeciendo el apoyo de sus amigos y
familia y dijo que la situación que hoy enfrenta no es
algo nuevo para él, sino más bien la segunda fase
de “una profunda y grave falacia, alrededor de un tema que
12 años después de salir de la Presidencia de la
República continúa latente”.
Expuso que, según sus fuentes, la visa le fue revocada
el 15 de septiembre, pero la medida no le fue comunicada sino
hasta que estaba a punto de ingresar a territorio estadounidense.
Criticó el hecho que la resolución del Departamento
de Estado está basada en una legislación que presume
culpabilidad y no inocencia, lo cual contradice el principio de
inocencia y del debido proceso en el que se fundamenta el sistema
jurídico de la sociedad estadounidense.
“La
base fundamental de la sociedad americana es que todos sus ciudadanos
sean sometidos al debido proceso de ley; es inaceptable para mi
que el gobierno americano se tome la atribución, bajo cualquier
circunstancia, de juzgarme a mi o a cualquier ciudadano que no
sea de su país, en tribunales que son fuera del territorio
de este ciudadano”, dijo.
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A
lo largo de su comparecencia el ex gobernante insistió
que no ha cometido ningún delito en Estados Unidos
y aunque las autoridades migratorias tienen la potestad
de revocarle su visa, pero no tienen derecho a juzgarlo
sobre hechos que no han sido probados en un tribunal competente.
“Lo
digo con absoluta claridad, no soy un corrupto y el gobierno
de EE UU y nadie podrá demostrar en ninguna circunstancia
que he hecho acciones dolosos durante fui funcionario público”,
afirmó.
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Dijo que todos los juicios incoados en su contra en los últimos
catorce años no han tenido nuevo, son los mismos antecedentes
que había en 1995 y que hay en el 2006 y no hay nuevas
pruebas, por lo que se preguntó por qué 12 años
después se toman estas atribuciones y no lo hicieron en
el momento determinado.
¿Qué ha cambiado en estos doce años para
que se modifique la actitud del gobierno de Estados Unidos?, se
preguntó.
Callejas criticó que estuvo detenido en las oficinas del
Departamento de Seguridad Nacional (Homeland Security por sus
siglas en inglés) por más de 20 horas, algunas de
las cuales fueron contra su voluntad, ya que en el momento que
aceptó no ingresar a EE UU tenía el derecho de retornar
al país.
Sin embargo, aseveró que tuvo que cancelar cuatro vuelos
y hasta última hora salió en un vuelo tardío
a El Salvador, sin ninguna justificación.
Insistió que las autoridades norteamericanas no son jueces
para juzgarlo, sino invitados diplomáticos y deben actuar
en consonancia. Además, dejo claro que no tienen pruebas
de que tenga bienes, recursos financieros extraordinarios o cuentas
bancarias mal habidas en cualquier lugar del mundo.
“Quiero dejar bien claro que yo me he sometido al proceso
judicial hondureño y el gobierno americano tiene derecho
a revocarme la visa y no permitir la emisión, pero no a
juzgarme, bajo ninguna circunstancia, porque no son magistrados
ni jueces en el sistema judicial hondureño a donde he tenido
acusaciones y de donde he salido bien librado”, dijo.
Agregó que la visa le fue revocada por un periodo de cinco
años, tiempo durante el cual no podrá ingresar a
EE UU.

Mensaje implícito y PDVSA
Por otro lado, Callejas aseveró que todo esto es más
que un acto de acción administrativa del Departamento de
Estado de EE UU, sino de carácter político que “puede
llevar mensajes implícitos sobre los cuales nosotros debemos
estar pendientes como nación y como ciudadanos, porque
no es correcto que por esta vía se pretenda en su momento
afectar dignidad de personas o doblegar políticas de Estado”.
Agregó que esa doble moral no es correcta en la conducción
de las relaciones entre las naciones ni con los ciudadanos.
Expuso que hubo enormes coincidencias porque mientras estaba haciendo
su declaración ante las autoridades migratorias, ya la
noticia de la revocatoria de su visa estaba en los medios de comunicación
hondureños.
“Yo no puedo dejar de creer de que no se haya notificado
en su momento apropiado a las autoridades de la embajada americana
en Honduras; voy aceptar de que no sabían ellos, pero lo
que si estoy claro y seguro es que el Departamento de Estado revocó
la visa el 15 de septiembre y me dejo viajar el 18 de septiembre”.
Por otro lado, Callejas aclaró que no tiene ninguna relación
ni directa ni indirecta con Petróleos de Venezuela (PDVSA),
aunque reconoció haber sido socio minoritario de la compañía
distribuidora de combustibles DIPPSA, y también aceptó
que en algún momento platicó con el canciller de
Venezuela en condición de representante de una empresa
canadiense.
“Dejo claro de manera absoluta de manera absoluta y total
que no tengo ninguna relación con PDVSA ni directa ni indirecta
y si en un momento tuve participación fue como accionista
minoritario de la empresa DIPPSA, la cual fue comprada por don
Henry Arévalo”, apuntó.
Aclaró que en las pláticas que sostuvo con el canciller
venezolano fue en condición de representante de intereses
canadienses y nada tuvieron que ver con operaciones comerciales
o la adquisición de petróleo hacia Honduras.
También aseguró que no tiene juicios pendientes
en Estados Unidos ni relaciones comerciales con ningún
ciudadano americano en territorio estadounidense, pero admitió
que representa “con buen suceso y en óptimas relaciones”,
empresas norteamericanas que hacen operaciones comerciales en
Honduras.
Callejas insistió que no cometió ningún acto
de corrupción como presidente de la República y
tampoco hay ninguna evidencia que sustente las denuncias en su
contra por los casos de Brazos de Honduras, Comunitas y el escándalo
de “El Chinazo”, de los cuales ha sido absuelto en
los tribunales pertinentes.
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El
ex gobernante admitió que esta situación
afecta la imagen del Partido Nacional y de la Federación
Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras
(Fenafuth), de la cual es presidente, pero por lo pronto
descartó renunciar de los cargos directivos que
ostenta en ambas instituciones.
También descartó entablar demandas en contra
del gobierno de Estados Unidos por esta situación
y reiteró que es un derecho potestativo de ellos.
“No es un asunto que voy a continuar ni voy a perseguir
jurídicamente”.
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