Los
27 detenidos, en su mayoría mexicanos del área de
Ciudad Juárez-El Paso, enfrentan hoy cargos formales por
conspiración para traficar con inmigrantes indocumentados,
darles alojamiento, transportarlos e inducir a la realización
de ese delito. La fiscalía federal del Distrito Oeste de
Texas también los acusa de lavado de dinero.
Las autoridades identificaron a Ofelia Márquez Chávez,
alias "Ofelia Deal"; María Luisa Chávez,
alias "La China"; y Luis Carlos Fierro, alias "José
Rivas", todos residentes de la ciudad de El Paso, como los
presuntos cabecillas de la organización.
Los presuntos coyotes, que fueron arrestados el pasado 5 de septiembre,
tenían relación con personas del interior de México
que enviaban a los potenciales inmigrantes indocumentados hasta
la frontera para ponerlos en contacto con los integrantes de esta
banda.
La operación comenzaba en Ciudad Juárez (México),
donde hospedaban a los inmigrantes en casas, hoteles y moteles
para después ayudarlos en el cruce ilegal a EEUU.
Los indocumentados eran alojados en casas-bodega y en hoteles
de El Paso, para luego ser transportados en camiones de carga
o en vehículos particulares a ciudades como Albuquerque
(Nuevo México), Chicago (Illinois), Dallas (Texas) y Nueva
York.
De acuerdo con documentos de la corte del juez Frank Montalvo,
del Distrito Oeste de Texas, la banda de presuntos "coyotes"
ingresó al menos a 300 indocumentados, incluidas mujeres
embarazadas y menores de edad, desde junio de 2002 hasta el pasado
mes de agosto.
Estas personas eran escondidas en cargamentos de mercancía
por conductores de camiones de carga pesada que eran reclutados
por la organización.
Los chóferes, según los documentos de corte, recibían
pagos de hasta 300 dólares por cada indocumentado que transportaban
a diversos puntos del país.
Asimismo, en dichos documentos, se dan a conocer llamadas telefónicas
entre los supuestos polleros y agentes encubiertos, que sugieren
que la organización sobornaba a agentes de la Patrulla
Fronteriza para que permitieran el paso de los grupos.
Los agentes fronterizos al parecer cobraban 300 dólares
por inmigrante, y mil dólares por camión.
La investigación se llevo a cabo a través de agentes
encubiertos del ICE. La acusación establece que los miembros
de la organización realizaban envíos de dinero a
México continuamente para evitar que éste se acumulara
en el sector estadounidense de la frontera. EFE