El
accidente, el primero desde que hace 22 años se estrenara
este tramo de ensayos, se produjo cuando el tren circulaba a unos
200 kilómetros por hora en un tramo de ensayos en la comarca
de Emsland (norte de Alemania) y chocó contra un vagón
encargado de la limpieza de la banda magnética.
El
tramo de Emsland es el único tramo por el que discurre
este tren -en un total de 31,5 kilómetros- que alcanza
velocidades máximas de unos 450 kilómetros por hora.
Pese
a tratarse de un tramo de pruebas, se ha convertido en una atracción
turística y los visitantes pueden subir al tren, que no
circula con regularidad, pagando una tarifa determinada
Sin
embargo, las personas que estaban en el tren cuando se produjo
el accidente no eran turistas sino personas relacionadas de una
u otra manera con la empresa Transrapid.
Según
los administradores del tramo, el accidente, que se produjo al
chocar el Tranrapid con un vagón de servicio que estaba
en la monovía, no parece haberse debido a problemas técnicos
sino a un fallo humano.
No
obstante, el consorcio Transrapid ha dejado claro que no hay aún
claridad al respecto y dice que tiene que investigarse porque
había un vagón de servicio en la monovía
cuando el Transrapid estaba en camino.
El
"Transrapid", cuya tecnología ha sido vendida
a China, nunca salió en Alemania de su estado embrionario
y tras más de dos décadas de ensayos y discusiones
sobre su utilidad práctica.
El
ministro de Transportes, Wolfgang Tiefensee, quien se encontraba
precisamente en viaje a China cuando se produjo el accidente,
ha decidido interrumpir su estancia en Pekín y regresar
a Alemania.
Un
portavoz de su ministerio indicó que Tiefensee se enteró
de la noticia justamente cuando se encontraba reunido con el ministro
chino de Ferrocarriles.
La
canciller alemana, Angela Merkel, había negado durante
su visita a China en mayo la transferencia tecnológica
necesaria para ampliar la línea del tren magnético
entre Shanghai y Hangzhou.
Merkel
hoy visitó el lugar del accidente al igual que el primer
ministro de Baja Sajonia, Christian Wulff.
La
ampliación, con un coste de 4.000 millones de euros (5.100
millones de dólares), supone el desarrollo de la tecnología
del tren más rápido del mundo para unir estas dos
ciudades, a 170 kilómetros de distancia, en 26 minutos
y a una velocidad máxima de 470 kilómetros por hora.
El
consorcio germano Transrapid (Siemens y Thyssen Krupp) se llevó
el primer contrato del "maglev" aportando su tecnología,
gracias a la cual, desde 2002, el único tren de su tipo
en uso comercial une los más de 30 kilómetros que
separan el aeropuerto de Pudong de las afueras de Shanghai, en
menos de ocho minutos.
Inicialmente,
en Alemania se pensó utilizar la tecnología del
"Transrapid" para acortar distancias entre Hamburgo
y Berlín pero, en parte por cuestión de costos y
en parte por oposición de grupos ecologistas, está
posibilidad terminó desechándose.
Actualmente,
existen planes para construir un trayecto entre la estación
de Múnich y el aeropuerto y el ministro de Economía
de Baviera, Erwin Huber, declaró hoy que el proyecto se
mantendrá pese al accidente de Emsland. EFE