"El
Departamento de Estado lamenta este incidente. El Gobierno de
EEUU pide disculpas al canciller Maduro y al Gobierno venezolano",
dijo el portavoz Gonzalo Gallegos en declaraciones recogidas hoy
por la cadena de televisión CNN.
El
propio canciller dijo a la prensa que el secretario de Estado
adjunto, Thomas Shannon, el más alto cargo del Departamento
de Estado para asuntos de Latinoamérica, le llamó
personalmente para disculparse por haber sido retenido por los
servicios de seguridad del aeropuerto John F. Kennedy.
Maduro
permaneció retenido durante aproximadamente una hora y
media, en un episodio que él definió como una muestra
más del abuso de poder de Estados Unidos.
Fuentes
de la Casa Blanca también se disculparon, aunque reprocharon
a la delegación venezolana el hecho de no haber seguido
los procedimientos de identificación habituales para los
responsables políticos de alto rango de otros países.
"Sentimos
lo ocurrido" pero hay procedimientos en los aeropuertos para
el caso de los dignatarios, dijeron las fuentes, que explicaron
que "uno no va al aeropuerto y se compra un billete en efectivo
media hora antes de su vuelo".
De
acuerdo con la versión de la Casa Blanca, los agentes de
seguridad que retuvieron a Maduro no sabían de quién
se trataba y le pidieron que se sometiese a un segundo control
de seguridad.
El
canciller, su esposa y su hijo habían llegado al aeropuerto
30 minutos antes de la salida prevista de su avión, con
destino a Caracas vía Miami, y pagaron sus billetes en
efectivo, algo que había levantado las sospechas de los
servicios de seguridad.

Nicolas Maduro |
Maduro
se negó al segundo control e inmediatamente surgieron
las desavenencias, según las fuentes de la Casa Blanca,
que precisaron que el ministro venezolano se puso inmediatamente
a realizar llamadas telefónicas.
Cuando
se le confiscó el teléfono, los billetes y
su pasaporte fue cuando se identificó como un diplomático
y la discusión concluyó, precisaron.
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Inmediatamente
se le dio la autorización pertinente para embarcar pero
Maduro optó por quedarse en Nueva York, donde había
viajado para asistir a la Asamblea General de la ONU. EFE