El
presidente de Guatemala, Oscar Berger, dijo a periodistas al término
de una visita al penal que el operativo había sido "muy
exitoso" y los resultados "nos llenan de optimismo".
Aunque inicialmente autoridades de Gobernación y del Sistema
Penitenciario informaron de ocho muertos y al menos una veintena
de heridos, Berger dijo que sólo fueron siete los reos
fallecidos y dos
heridos, entre ellos un policía.
Entre las víctimas mortales se encuentra el narcotraficante
colombiano Jorge Batres, quien murió con una granada en
la mano que no explosionó, según confirmó
el director del Sistema Penitenciario, Alejandro Giammattei.
Batres, según una investigación periodística,
dirigía un laboratorio de procesamiento de droga en el
interior del penal, que era controlado por la mafia desde hace
10 años.
El sudamericano había sido capturado en Guatemala el 4
de noviembre de 2000 y condenado el 13 de agosto de 2001 por tráfico
de drogas a 12 años de prisión.
Giammattei dijo que otro de los fallecidos fue identificado como
Luis Alfonso Zepeda, uno de los máximos jefes del crimen
organizado en Pavón, en donde obtenía ganancias
por más de 100.000 dólares anuales por extorsiones
y venta de drogas, de acuerdo con la investigación periodística.
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Zepeda
murió con un fusil M-16 en la mano con el que hizo
frente a las fuerzas de seguridad que "tomaron"
la prisión para recuperar su control y decomisar
drogas, armas, teléfonos y hasta computadoras en
poder de la población reclusa. |
El
presidente sostuvo que Pavón, localizado en el municipio
de Fraijanes, a unos 30 kilómetros al sureste de la capital,
era "un símbolo del desorden, del desastre y de la
inseguridad".
Berger se comprometió a rescatar y remodelar a corto plazo
esa cárcel para que sea un centro de rehabilitación
para los presos.
Según el director de la Policía Nacional Civil (PNC),
Erwin Sperissen, pese a dos focos de resistencia que hubo durante
el operativo, los más de 1.600 reclusos fueron sometidos
al orden en menos de 90 minutos.
Acompañados de dos tanquetas y dos helicópteros
militares, unos 3.000 policías, soldados, guardias de presidios,
agentes del Ministerio Público (MP) y perros, sorprendieron
a la población reclusa de Pavón y luego de la requisa
la trasladaron a una cárcel contigua conocida como "Pavoncito".
La operación fue precedida por un "Estado de Prevención"
decretado por el gobierno en Fraijanes, y la medida suspende algunas
garantías constitucionales por ocho días, como las
reuniones y manifestaciones públicas y el porte de armas.
Giammattei aseguró que con este operativo se propinó
"un golpe real" al crimen organizado que operaba en
la prisión.
Según el ministro de Gobernación (Interior) Carlos
Vielman, tras la operación se estima que se va a debilitar
el narcotráfico en la capital y también los secuestros
que se planificaban desde Pavón, la prisión más
grande del país.
Vielman
informó de que con toda la información localizada
en el penal el Ministerio Público deberá hacer
una investigación para determinar si autoridades
penitenciarias están implicadas en los negocios ilícitos
detectados en esa cárcel. |
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El
procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales, expresó
su satisfacción porque el gobierno haya tomado "las
riendas" de penal, pero dijo que se tiene que hacer una depuración
de los guardias penitenciarios porque de plano están involucrados
en los hechos al margen de la ley.
El humanitario Grupo de Apoyo Mutuo (GAM) también calificó
de "importante" y de "gran trascendencia"
que las autoridades hayan tomado el control del penal desde donde
se han dirigido secuestros y chantajes.
Sin embargo, dijo en un comunicado que no se justifica el "Estado
de Prevención" en Fraijanes porque la operación
sólo estaba encaminada a retomar el control del centro
carcelario. EFE