Tegucigalpa
- El Gobierno del presidente, Manuel Zelaya, está rompiendo
"récord" al registrar la salida de ocho de sus
funcionarios, en los primeros ocho meses de administración,
que se cumplen el miércoles 27 de septiembre.
Las renuncias reflejan la crisis que enfrentan varios sectores
de la administración pública, principalmente en
el área de la salud, donde se ha registrado el mayor número
de dimisiones.
También son el reflejo, según analistas, de la "improvisación"
que ha marcado a la administración del presidente Zelaya,
desde que asumió el poder el 27 de enero pasado.
La crisis en el sector salud es más que evidente: los empleados
iniciaron el año reclamando el cumplimiento de incrementos
salariales, lo que ha mantenido paralizado el sector casi de forma
permanente.
La escasez de medicamentos en los centros hospitalarios es crítica,
así como el pésimo estado de las instalaciones del
hospital Escuela, el más grande de la red hospitalaria,
integrada por 24 hospitales a nivel nacional.
A los problemas en el área administrativa se suman los
pleitos por el poder y las presiones de miles de activistas políticos
que ven en esa Secretaría, una de las principales fuentes
de empleo en la administración pública.
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Zelaya registró "la
primera baja" el 17 de abril, fecha en
la cual el secretario general de la secretaría de
Salud, Denis Castro Bobadilla, anunció su salida
del cargo.
Castro
dijo entonces que se iba por "asuntos estrictamente
personales" y una supuesta "incompatibilidad"
del cargo con su formación como médico forense
y profesional del derecho. |
Aunque
no lo estableció claramente, Castro dejó entrever
entonces que también su salida obedeció a presuntos
actos ilícitos en el interior de esa dependencia estatal,
dirigida en ese entonces por el ministro Orison Velásquez,
con quien mantenía fuertes divergencias.
"En mi concepto las situaciones que son irregulares e ilegales
van en contra de mi propia convicción profesional, yo recuerdo
que todo funcionario hace una promesa constitucional que para
mi es seria: promete ser fiel a la República , a la Constitución
y las leyes de Honduras, bajo ese concepto uno no es fiel a una
persona, sino al país, al servicio de la nación",
señaló Castro el día que anunció su
retiro del ministerio de Salud.
En ese entonces, Velázquez estaba siendo cuestionado por
anular el acuerdo que el gobierno anterior suscribió con
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para
manejar el proceso de licitaciones y compras de medicinas.
A
Castro le siguió el director del hospital Escuela,
Mario
Noé Villafranca, quien dejó el
cargo el 1 de julio, tras un largo enfrentamiento con el
ministro Velázquez.
El enfrentamiento tuvo su "punto culminante" cuando
Noé Villafranca hizo público un informe sobre
la crisis del hospital Escuela, lo que al parecer molestó
a Velázquez, quien se oponía a la publicación
de ese tipo de informaciones. |
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Pero
el conflictivo ministro no logró permanecer mucho tiempo
en el cargo, y a pesar de su cercana amistad con el presidente
Zelaya, anunció el 22 de julio que abandonaba
el barco del "Poder Ciudadano".
Velázquez fue, en su corto paso por la secretaría
de Salud, el funcionario más conflictivo de la administración
Zelaya.
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La
crisis en el ministerio de Salud continuó a pesar
de la salida de Velázquez, y el nombramiento temporal
en el cargo de Yeny Meza, a quien muchos de sus subalternos
la califican como "una mujer muy bien intencionada",
pero sin poder para enfrentar la grave crisis de la institución
que dirige. |
Esa "buena voluntad" fue reconocida hoy por el actual
director del hospital Escuela, Manfredo Turcios, quien anunció
que dejará el cargo a partir del 1 de octubre.
Turcios trajo a la mesa de discusión un elemento más
para el análisis de la crisis en el sistema hospitalario,
y que él calificó de "insostenible".
Expresó
que una de las tantas causas de la crisis en el hospital
Escuela es que hay en su interior muchos grupos de poder.
"Y me estoy refiriendo a grupos profesionales, a grupos
organizados gremiales, me estoy refiriendo a sindicatos
y hasta departamentos dentro del hospital", declaró. |
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El médico reveló que cuando se presenta una situación
irregular y se manda a investigar "inmediatamente surgen
los grupos de contra ataque, que desencadenan una serie de ataques
empezando por la denigración personal hasta la denigración
profesional".
Crisis en el campo energético
Otra de las crisis más evidentes en la administración
Zelaya es la que se vive actualmente el sector energético.
La empresa emblemática de ese sector, la ENEE , está
en quiebra, según lo reiterado por el mismo presidente
Zelaya en varias de sus comparecencias públicas.
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Al
inicio de su administración, Zelaya nombró
como gerente de la institución al conocido empresario
Juan Bendeck, con quien se suponía haría frente
a la crisis.
Pero
no fue así. Según fuentes cercanas al gobierno,
Bendeck decidió
abandonar el cargo a tan solo cinco meses de
haberlo asumido, por divergencias con grupos económicos
y otros funcionarios cercanos al mandatario en lo referente
a las políticas energéticas del país. |
Se conoció que una de las situaciones que más molestó
a estos grupos cercanos al jefe de gobierno fue la negación
de Bendeck al otorgamiento de un millonario contrato a una empresa
extranjera para que elaborara un diagnóstico de la situación
económica y administrativa de la empresa.
Tras la salida de Bendeck, se nombró en el cargo al empresario
de la zona norte, Leo Starkman, considerado por muchos como "uno
de los hombres más cercanos al presidente".
Starkman, quien se desempeñaba hasta entonces como ministro
de Inversiones, no tuvo mucho tiempo al frente de la institución,
ya que días después de su nombramiento, la Presidencia
nombró una comisión interventora para buscar soluciones
a la problemática.
Según informes de la prensa local, desde entonces Starkman
no tenía ninguna función administrativa en la ENEE
, pero si de asesoría a la junta interventora.
Starkman
dejó el cargo
el viernes de la semana anterior, obligado por publicaciones
de prensa referentes al manejo administrativo de una de
sus empresas, que adeudaría unos 30 millones de lempiras.
El ex funcionario también era investigado por la
Fiscalía Contra la Corrupción por el supuesto
otorgamiento y pago de un jugoso contrato de consultoría
por 850 mil lempiras al consultor Julio César Anariba
Quiñónez |
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La denuncia provino del mismo Partido Liberal, específicamente
de los consejos municipales del Distrito Central, quienes han
realizado auditorías a varias instituciones del Estado.
Según las bases liberales, el gerente de la ENEE contrató
al consultor Anariba Quiñónez para que en un espacio
de dos meses elaborara informes técnicos, a cambio del
pago de 850 mil lempiras.
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Otros
que dejaron el barco
Otro que dejó
el cargo en julio fue el ex coordinador de
la campaña electoral de Zelaya y ex ministro de Finanzas,
Hugo Noé Pino, supuestamente por divergencias con
el gobernante en cuanto a la aplicación de las cláusulas
salariales del Estatuto del Docente.
El Gobierno negó estas versiones al señalar
que el funcionario fue removido para enviarlo como representante
de la región centroamericana ante el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID). |
Pino fue con el mandato de impulsar el proceso de condonación
de unos 1.500 millones de dólares que el país adeuda
al organismo financiero internacional. E
En su lugar fue nombrada Patricia
Rebeca Santos, una funcionaria cercana al gobernante
que estuvo presa en la cárcel de mujeres de Támara
por su supuesta participación en el escándalo del
“Chinazo”, durante el gobierno del fallecido Carlos
Roberto Reina.
Santos ha logrado sortear con éxito su oscuro pasado y
se mantiene firme en la Secretaría de Finanzas a pesar
que sectores de la oposición política han cuestionado
su nombramiento en ese relevante cargo del Estado. Ella cuenta
con el respaldo del presidente Zelaya.
Denuncias
la botan
En septiembre, la gerente del Patronato Nacional de la Infancia
(PANI), Rosario Godoy de Osejo, fue
separada del cargo, tras una larga disputa
con el sindicato de la institución, que denunció
irregularidades en el manejo de programas en favor de la
infancia.
Durante su permanencia en el cargo, Godoy de Osejo protagonizó
fuertes enfrentamientos verbales con los sindicalistas a
través de diferentes medios radiales, lo que, al
parecer, aligeró su caída. |
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Tras una serie de investigaciones del supuesto mal manejo del
programa "Calzando y uniformando los niños de Honduras",
el Consejo Directivo del PANI decidió, el 4 de septiembre,
la separación definitiva del cargo.
En su lugar, se nombró a la amiga personal y paisana del
presidente Zelaya, Gladis Mejía, una profesional de la
química y farmacia.
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Uno
de los últimos en dejar el cargo "por razones
personales", como lo hicieron todos sus antecesores,
es el ex gerente de la Empresa Nacional Portuaria (ENP),
y conocido dirigente del Partido Liberal en la zona norte,
Manuel
Arriaga Yacamán.
Al
anunciar su retiro, Arriaga Yacamán desmintió
versiones informativas referentes a que dejaba el cargo
debido a presiones ejercidas por sectores empresariales
o políticos de la zona norte.
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"Mi salud no permite seguir al frente de esta dependencia
en donde le he servido con lealtad al presidente Manuel Zelaya
Rosales", aseveró en ese momento.
De
continuar esa tendencia de renuncias obligadas y por “motivos
personales”, el gobierno de Zelaya quedará en la
historia como uno de los más débiles y más
inconstantes de la historia republicana del país.