06 de Octubre de 2006
Redacción Proceso Digital 

Tegucigalpa - El ministro de Gobernación y Justicia, Jorge Arturo Reina, se defendió hoy de los señalamientos de la embajada de Estados Unidos y dijo que nunca “ha lanzado bombas, sino que se ha dedicado a sembrar ideas de cambio y transformación” y lo seguirá haciendo por el resto de su vida.

El funcionario aseguró hoy que no es terrorista y dijo que en cambio Estados Unidos ha dado albergue a conocidos extremistas como el disidente anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de pretender atentar en contra del presidente cubano Fidel Castro en varias oportunidades.

“Jamás he puesto bombas, jamás he sido amigo de terroristas, he sembrado ideas”. Con esas frases contundentes, Reina respondió a los representantes de la embajada de EE UU, que hace una semana aseguraron que éste no tenía visa vigente por estar vinculado a actividades terroristas.

Reina dijo que la noticia le sorprendió profundamente porque no solo ha sido un luchador permanente de los derechos humanos, sino que también ha sido víctima del terrorismo en el orden de personal porque fue encarcelado y estuvo en las manos de los escuadrones de la muerte de El Salvador.

“Yo no he integrado organizaciones terroristas y aquí yo exijo una aclaración: que quieren decir organizaciones vinculadas al terrorismo, yo he estado vinculado mucho en organizaciones democráticas de los derechos humanos, he sido directivo de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanas y por eso estoy exactamente en el otro polo del terrorismo”, dijo.

Reina aseguró que a lo largo de su vida le tocó enfrentar todas las formas de terrorismo, tanto la de grupos organizados como del Estado y de todas ellas sufrió consecuencias muy severas.

Asimismo, recordó que en la década de los ochentas el propio departamento de Estado de EE UU le pidió servir como mediador en la lucha armada en El Salvador y “yo con mucho gusto hice esa honrosa tarea con discreción”.

Recordó que en esas tareas estuvo preso en la propia Casa Presidencial de El Salvador y fue deportado a Costa Rica, de donde regreso al país cuscatleco para iniciar pláticas con la dirigencia estudiantil salvadoreña que fue la precursora de la insurgencia armada en esa nación centroamericana.

“Ya eso lo debe saberlo muy bien el señor embajador de los Estados Unidos y si no lo sabe ya esto esta dicho en los documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos, en donde lejos de estar ligado a terroristas estaba ayudando a la solución pacífica de un conflicto”, dijo.

En ese sentido, apuntó que es exactamente la antípodas del terrorismo, “y por eso me sorprende, pero también no tengo nada que decir en contra del embajador en Honduras ni del cónsul, ellos actúan según la información que les han proporcionado en su sede central o en el departamento de Estado”.

A su juicio, en el Departamento de Estado pudo haber alguna contaminación politiquera desde Honduras para que se le pusiera en la lista negra, porque en una de las tantas campañas políticas uno de los partidos de oposición le sacó un spot en el que lo ponían como un pone bombas.

“Jamás he puesto bombas he sembrado ideas y lo seguiré haciendo; eso si, ideas de cambio de transformación a favor de las mayorías”, dijo.

Recordó que en algún momento se le quiso atribuir la autoría de una bomba que explotó en un restaurante de Comayagua, en donde se reunían militares estadounidenses que estaban acantonados en la base militar de Palmerota, pero que no fue probado en un juicio ridículo incoado en su contra porque “era una patraña para hacernos daño político”.

“Es posible que eso haya llegado a los Estados Unidos y es posible haya sido una de las razones, por eso yo no me quedaré sin averiguar con precisión cual es la razón porque no tiene ningún fundamento, absolutamente”, apuntó.

Reina puntualizó a que jamás ha sido amigo de ningún terrorista, pero EE UU si tiene amigos terroristas y Luis Posada Carriles es uno de ellos.

Asimismo, dijo que no le preocupa que le hayan retirado la visa, sino que Honduras pierda su independencia y que lo coloquen en la antípodas de donde ha estado siempre y en donde va a morir, es decir, defendiendo los derechos humanos.

Finalmente, el ministro dijo en tono jocoso que seguirá con la mecha encendida, pero para defender sus ideas y afirmó que no comparte la política del presidente de Estados Unidos George W. Bush, a quien, según Reina, sus mismos compatriotas lo descalifican en los sondeos públicos porque creen que les mintió.

 
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