Tegucigalpa
- El ministro de Gobernación y Justicia, Jorge Arturo Reina,
se defendió hoy de los señalamientos de la embajada
de Estados Unidos y dijo que nunca “ha lanzado bombas, sino
que se ha dedicado a sembrar ideas de cambio y transformación”
y lo seguirá haciendo por el resto de su vida.
El funcionario aseguró hoy que no es terrorista y dijo
que en cambio Estados Unidos ha dado albergue a conocidos extremistas
como el disidente anticastrista Luis Posada Carriles, acusado
de pretender atentar en contra del presidente cubano Fidel Castro
en varias oportunidades.
“Jamás he puesto bombas, jamás he sido amigo
de terroristas, he sembrado ideas”. Con esas frases contundentes,
Reina respondió a los representantes de la embajada de
EE UU, que hace una semana aseguraron
que éste no tenía visa vigente por
estar vinculado a actividades terroristas.
Reina dijo que la noticia le sorprendió profundamente porque
no solo ha sido un luchador permanente de los derechos humanos,
sino que también ha sido víctima del terrorismo
en el orden de personal porque fue encarcelado y estuvo en las
manos de los escuadrones de la muerte de El Salvador.
“Yo no he integrado organizaciones terroristas y aquí
yo exijo una aclaración: que quieren decir organizaciones
vinculadas al terrorismo, yo he estado vinculado mucho en organizaciones
democráticas de los derechos humanos, he sido directivo
de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanas y
por eso estoy exactamente en el otro polo del terrorismo”,
dijo.
Reina aseguró que a lo largo de su vida le tocó
enfrentar todas las formas de terrorismo, tanto la de grupos organizados
como del Estado y de todas ellas sufrió consecuencias muy
severas.
Asimismo, recordó que en la década de los ochentas
el propio departamento de Estado de EE UU le pidió servir
como mediador en la lucha armada en El Salvador y “yo con
mucho gusto hice esa honrosa tarea con discreción”.
Recordó que en esas tareas estuvo preso en la propia Casa
Presidencial de El Salvador y fue deportado a Costa Rica, de donde
regreso al país cuscatleco para iniciar pláticas
con la dirigencia estudiantil salvadoreña que fue la precursora
de la insurgencia armada en esa nación centroamericana.
“Ya eso lo debe saberlo muy bien el señor embajador
de los Estados Unidos y si no lo sabe ya esto esta dicho en los
documentos desclasificados del gobierno de Estados Unidos, en
donde lejos de estar ligado a terroristas estaba ayudando a la
solución pacífica de un conflicto”, dijo.
En ese sentido, apuntó que es exactamente la antípodas
del terrorismo, “y por eso me sorprende, pero también
no tengo nada que decir en contra del embajador en Honduras ni
del cónsul, ellos actúan según la información
que les han proporcionado en su sede central o en el departamento
de Estado”.
A su juicio, en el Departamento de Estado pudo haber alguna contaminación
politiquera desde Honduras para que se le pusiera en la lista
negra, porque en una de las tantas campañas políticas
uno de los partidos de oposición le sacó un spot
en el que lo ponían como un pone bombas.
“Jamás he puesto bombas he sembrado ideas y lo seguiré
haciendo; eso si, ideas de cambio de transformación a favor
de las mayorías”, dijo.
Recordó que en algún momento se le quiso atribuir
la autoría de una bomba que explotó en un restaurante
de Comayagua, en donde se reunían militares estadounidenses
que estaban acantonados en la base militar de Palmerota, pero
que no fue probado en un juicio ridículo incoado en su
contra porque “era una patraña para hacernos daño
político”.
“Es posible que eso haya llegado a los Estados Unidos y
es posible haya sido una de las razones, por eso yo no me quedaré
sin averiguar con precisión cual es la razón porque
no tiene ningún fundamento, absolutamente”, apuntó.
Reina puntualizó a que jamás ha sido amigo de ningún
terrorista, pero EE UU si tiene amigos terroristas y Luis Posada
Carriles es uno de ellos.
Asimismo, dijo que no le preocupa que le hayan retirado la visa,
sino que Honduras pierda su independencia y que lo coloquen en
la antípodas de donde ha estado siempre y en donde va a
morir, es decir, defendiendo los derechos humanos.
Finalmente, el ministro dijo en tono jocoso que seguirá
con la mecha encendida, pero para defender sus ideas y afirmó
que no comparte la política del presidente de Estados Unidos
George W. Bush, a quien, según Reina, sus mismos compatriotas
lo descalifican en los sondeos públicos porque creen que
les mintió.