Corea del Norte desafía al mundo con su primera prueba nuclear

   

09 de Octubre de 2006

Seúl - Corea del Norte completó hoy su desafío a la comunidad internacional y efectuó la prueba de una bomba nuclear que rompe el frágil marco de la seguridad de Extremo Oriente y pone en jaque todos los intentos de diálogo con el régimen comunista.


"Es una provocación y un acto intolerable", afirmó un comunicado del país más afectado por la prueba nuclear, Corea del Sur, que tras 53 años de débil alto el fuego con el enemigo comunista del Norte ahora ve que, además de misiles y armas químicas y biológicas, el régimen ermitaño puede esgrimir la destrucción nuclear como amenaza.

La alarma la dieron en la mañana de hoy los servicios de inteligencia surcoreanos, que detectaron los indicios de la prueba nuclear con la que venía amenazando Pyongyang toda la semana.

No obstante, el Gobierno surcoreano había sido avisado por la Embajada china en Seúl de la posibilidad de la prueba atómica veinte minutos antes de que ésta se produjera.

Poco después el Ministerio de Defensa del Sur confirmaba lo que no por más esperado era menos temido: Corea del Norte acababa de detonar una bomba atómica bajo tierra en el distrito de Hwadae, un remoto rincón del nordeste de ese país.

Los servicios sismológicos surcoreanos detectaron un temblor de una magnitud de 3,58 grados en la escala de Richter, que después era confirmado por el Servicio Meteorológico de Japón, que estableció esa medida en casi cinco grados, y el Instituto Geológico de Estados Unidos, con una gradación de 4,2 puntos.

El Ministerio de Defensa ruso también confirmaba el carácter de la sacudida sísmica: "ésta fue en un ciento por ciento una prueba nuclear subterránea", dijo el general Vladímir Verjotsev.

Pero fue el propio régimen norcoreano el encargado de anunciar a bombo y platillo el test.

En un mensaje transmitido por la oficialista Agencia Central de Noticias (KCNA), la cúpula norcoreana anunció oficialmente el éxito de la prueba y destacó que se llevó a cabo con todas las garantías de seguridad y sin fugas radiactivas.

Según expertos consultados por la agencia surcoreana Yonhap, el poder de destrucción de la explosión subterránea equivaldría a unas 550 toneladas de TNT, a juzgar por las vibraciones telúricas.

La bomba atómica que destruyó la ciudad japonesa de Hiroshima en agosto de 1945 equivalía a entre 15.500 y 21.500 toneladas de TNT.

La fecha elegida para el ensayo no fue baladí, a caballo entre las celebraciones de ayer, que conmemoraron el nombramiento en 1997 del líder norcoreano, Kim Jong-il, al frente del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, y las de mañana, cuando se festeja el sexagésimo primer aniversario de la fundación de esa institución que rige con mano férrea el destino del país comunista.

Según la KCNA, esta prueba nuclear "realizada al cien por cien con nuestro conocimiento y nuestra tecnología" contribuye a reforzar "la capacidad de disuasión" de Corea del Norte y a "mantener la paz y seguridad en la península coreana y Asia".

No fueron de este mismo parecer los vecinos de Corea del Norte, sobre todo Japón, que pidió una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, para que dirima esta crisis con mano firme, como indicó el primer ministro nipón, Shinzo Abe.

El jefe del Ejecutivo japonés señaló en Seúl, donde se encontraba de visita oficial cuando se produjo la prueba nuclear, que, además de las posibles presiones internacionales, su país "probablemente tomará sus propias medidas severas en breve".

Según Abe, "Japón trabajará con la sociedad internacional y las naciones afectadas para que la ONU adopte una resolución que incluya medidas muy fuertes contra Corea del Norte, en el menor plazo posible".

El primer ministro japonés realizaba estas declaraciones tras reunirse con el presidente surcoreano, Roh Moo-hyun, quien reconoció que la crisis nuclear norcoreana no puede ser resuelta sólo con el diálogo y anunció un cambio en su política hacia Pyongyang, hasta ahora de brazos abiertos y apoyo económico.

De momento, el Gobierno surcoreano anunció la suspensión temporal de la asistencia de emergencia a Corea del Norte y se cancelaron varios transportes marítimos con destino en puertos norcoreanos.

Ahora queda en manos del Consejo de Seguridad de la ONU determinar el carácter de la condena que puede lanzar contra Corea del Norte y que podría incluir, si sigue las demandas de Japón y EEUU, la aplicación del Capítulo 7 de la Carta Magna de Naciones Unidas para la imposición de sanciones.

Ese capítulo permite también a la comunidad internacional recurrir al uso de la fuerza militar para resolver una crisis.

En julio pasado, cuando el Consejo de Seguridad aprobó una resolución de condena a Corea del Norte por el lanzamiento de siete misiles balísticos, tuvo que excluir ese controvertido capítulo ante la oposición de China y Rusia, últimos aliados de Pyongyang.

Ahora, el Consejo tendrá que recordar también las advertencias lanzadas en varias ocasiones por el régimen norcoreano, para el cual la imposición de sanciones es equiparable a una declaración abierta de guerra. EFE

 
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