EEUU,
insistió, "no tiene intenciones de atacar" al
régimen de Kim Jong-il y permanece "comprometido con
la vía diplomática".
Sin
embargo, matizó, Washington también "se reserva
todas las opciones para defender a nuestros amigos en la región"
y ha prometido ampliar su cooperación militar con los aliados.
Esta
cooperación, explicó el presidente, incluye el refuerzo
de las defensas contra misiles balísticos en la región
y una mayor presión para impedir que Corea del Norte pueda
importar tecnología nuclear y de misiles.
Bush
descartó celebrar conversaciones bilaterales con Pyongyang,
una estrategia, que según él, "no funciona".
El
presidente estadounidense recordó que el gobierno de su
predecesor, Bill Clinton, ya llegó a un acuerdo con Corea
del Norte en 1994 para que ese país pusiera fin a sus actividades
nucleares, sin más resultado que encontrar, con la llegada
de la administración republicana, que ese país mantenía
su programa atómico.
"Es
la intransigencia del líder norcoreano, Kim Jong-il, lo
que ha llevado a esta situación actual", sostuvo Bush,
quien rechazó así las críticas a su política
sobre Corea del Norte por parte de la oposición demócrata,
que le acusa de no haber prestado atención a la crisis.
El
presidente estadounidense también aludió a la situación
en Irak, donde admitió que "los tiempos son duros,
no hay duda".
Sin
embargo, reiteró que EEUU se mantendrá en el país
árabe el tiempo que sea necesario: "darse a la fuga
no funcionaría", insistió.
Bush
se refirió, asimismo, a las noticias divulgadas hoy sobre
una reducción del déficit fiscal en EEUU, que ha
pasado de 319.000 a 248.000 millones de dólares, lo que
atribuyó a sus recortes de impuestos. EFE