Tegucigalpa
- El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, corre el riesgo de salir
aplazado en el promocionado proceso de evaluación de su gabinete,
advirtió hoy el periodista y analista de la política nacional,
Manuel Torres.
En una entrevista con Proceso Digital, el profesional de las comunicaciones
explicó que la ley faculta al presidente a nombrar el gabinete
que mejor considera para sus propósitos y que la evaluación
es un instrumento objetivo para medir los logros e impactos de objetivos
previstos, y como tal es un proceso válido.
Dijo que en este marco, “la duda es de que objetivos estamos hablando
cuando hemos tenido un gobierno errático y que ha concentrado
la mayor parte de sus esfuerzos en estar apagando conflictos”.
“Es decir -añadió- que a un instrumento objetivo
de evaluación le han dado la tarea de medir un gobierno subjetivo”.
Torres recordó que el gabinete del gobierno actual “se
articuló no ha partir de un programa nacional, sino como un reparto
de cuotas de poder entre los diferentes liderazgos del partido de gobierno”.
Asimismo, que el presidente Zelaya había anunciado desde el primer
día de su mandato que no todos los funcionarios que nombraba
lo iban a acompañar en su mandato, incluso anunció cambios
para un periodo de seis meses y luego para un año.
Apuntó también que “ya este gobierno ha tenido un
gabinete inestable, varios ministros o altos funcionarios han renunciado
vinculados a actos de corrupción o por políticas distintas
a altos cargos del gobierno”.
“El presidente corre el riesgo de salir aplazado él mismo,
porque este gabinete está hecho a su medida, ningún gabinete
va a ser eficiente si está afectado por una alta contaminación
política partidarista, presionado por un clientelismo brutal
que exige plazas sin medir la calidad de quienes las van a ocupar, y
sobre todo por la ausencia de un plan de gobierno”, advirtió.
Asimismo, apuntó que “si esas tres circunstancias no cambian
la inestabilidad del gabinete, los hondureños nos tendremos que
acostumbrar a que sea permanente”, pues no se trata de determinar
“solamente la eficacia de los funcionarios en el desempeño
de sus funciones, sino de coherencia de todo el gabinete”.
Dijo que un ejemplo revelador es que el presidente Zelaya, al asumir
el poder, se comprometió a un ambicioso programa de vivienda
y nombró un ministro de la Vivienda , pero traslada la responsabilidad
de ese programa a una dirección general de otro ministerio.
El proceso de evaluación
En una de sus extensas exposiciones, Zelaya explicó que ha iniciado
el publicitado proceso de evaluación de la gestión de
sus ministros, durante el primer año de su administración,
marcada desde un inicio por las pugnas de poder, la improvisación
y la renuncia de ocho de sus funcionarios en tan solo ocho meses en
el poder.
“Estamos evaluando no sólo los resultados del gobierno,
sino los resultados de los procesos burocráticos que tiene el
gobierno y por los cuales muchos gobiernos han tenido malas ejecutorias
en el pasado”, explicó Zelaya a los periodistas.
Según dijo, el proceso incluirá la revisión de
las metas institucionales en cada una de las secretarías de Estado,
las metas sectoriales, las metas de transparencia en el manejo de fondos
y la gobernabilidad del sector que se está evaluando.
El proceso también incluirá un componente que permita
comparar los resultados de sus primeros meses de gestión con
las ejecutorias realizadas por gobiernos anteriores. “Eso nos
permitirá comparar como estaba el país y como está
ahora”, comentó.
En su comparecencia, el mandatario no dio detalles de quien o quienes
son los responsables de estas evaluaciones, aunque se conoce que parte
del proceso lo ejecuta personal de la Unidad de Apoyo Técnico
(UNAT) del Poder Ejecutivo, que es dirigida por la ex ministra de Cooperación,
Glenda Gallardo.
Pugnas por el poder
Fuentes cercanas al gobierno del presidente Zelaya dijeron a Proceso
Digital que ven con buenos ojos el proceso anunciado por el gobernante,
ya que consideran que el mismo vendrá a dinamizar la administración
pública en sus diferentes sectores.
No obstante, las mismas fuentes reconocen que en el fondo este proceso
tiene “un mensaje escondido” para aquellos funcionarios
que lograron un cargo en la alta administración pública
haciendo acopio del caudal electoral que sus grupos obtuvieron en las
elecciones internas del Partido Liberal, y en la mayoría de los
casos, de la inversión económica a la campaña proselitista
del actual presidente del país.
Las mismas fuentes, estiman que los problemas de Zelaya tienen su origen
en la conformación de su gabinete, ya que llamó a ocupar
los principales cargos de su administración precisamente a quienes
le disputaron la candidatura presidencial del Partido Liberal.
Según las fuentes, eso generó un alto grado de inconformidad
en la dirigencia del Movimiento Esperanza Liberal (MEL) por no tener
acceso a los puestos del gobierno a los que aspiraban.
“Así creó una serie de islas de poder que ahora
no puede manejar, lo que ha generado hasta espacios de ingobernabilidad
a lo largo de sus primeros nueve meses de administración”,
señalaron las fuentes.
Marcada improvisación
Sobre este tema, el presidente del Partido Demócrata Cristiano
de Honduras (PDCH), Lucas Aguilera, dijo a los periodistas que los problemas
de la actual administración no se solventarán con el cambio
de piezas del gabinete de gobierno.
“Creo que hay un problema más grave que cambiar el gabinete
(y es) que hay una improvisación en todos estos programas de
gobierno, empezando por el mismo Presidente; no tiene nada claro, no
se sabe realmente que dirección está agarrando el país
con esta administración y creo que eso es lo más duro,
de poner las barbas en remojo porque el mayor afectado es el pueblo”,
comentó el dirigente político.
Apuntó, además, que para él los problemas actuales
de la administración pública no son responsabilidad de
un ministro o un director, sino que “es un problema de toda la
política global del Gobierno que no está siendo adecuadamente
aplicada en función de los verdaderos intereses y buscando resolver
los verdaderos problemas que tiene Honduras”.
Asimismo, consideró que el anuncio de las evaluaciones de los
funcionarios públicos y su posible cambio “no es más
que un globo sonda (que) puede ser para preparar a la población
de continuar con el mismo esquema o sacar algunos amigos que no los
puede determinar desde el punto de vista de orden de Gobierno”.
Aguilera puso en duda que Zelaya vaya a hacer los promocionados cambios
en su gabinete a finales del año, como lo ha anunciado.
Si no cumplen que se vayan
El presidente del Partido Nacional, Porfirio Lobo Sosa, fue más
duro en sus apreciaciones al comentar que Zelaya “es el responsable
del barco” y que si sus ministros no le cumplen que proceda a
sustituirlos de inmediato.
En todo esto, planteó Lobo Sosa, hay algo que es muy lógico
y es que el responsable de la conducción del Estado por mandato
del pueblo hondureño es el presidente Zelaya.
“De manera que aquí hay una persona que tiene que ver cómo
es el desempeño de su gobierno y es el presidente Zelaya, en
eso no nos engañemos”, apuntó.
Consideró que en ese marco, es el propio presidente quien “tiene
que revisar bien el equipo y revisarse también él para
ver si lo está haciendo bien”.
“Aquí el que manda el equipo manda, él debe hacer
que el equipo funcione bien y el que no funcione bien hay que sacarlo,
él que tiene que evaluar es el que manda y si el que manda no
_evalúa bien o se equivoca , él es el responsable”,
insistió.
Estimó también que el presidente “no tiene que andar
haciendo una reprobación pública de sus ministros, él
tiene que evaluar el desempeño de ellos y el que no esté
actuando de acuerdo de los parámetros establecidos, simplemente
debe cambiarlo y punto”.
“Para que tanto enredo, si él considera que alguien no
sirve que lo cambie. El pueblo dijo este es el presidente, el pueblo
quiere soluciones, que las cosas se hagan correctamente; de manera que
considero que es un tema que debe ser de manejo administrativo, si considera
que un funcionario no está actuando bien, pues que lo cambie”,
reiteró Lobo Sosa.
Finalmente consideró que la discusión pública que
se ha generado alrededor de las evaluaciones y el posible cambio de
miembros del Gabinete “es una perdedera de tiempo”, por
lo que recomendó dejar de lado la discusión y que se pongan
a “trabajar, trabajar y trabajar por el pueblo hondureño”.