Bush,
quien no admitió preguntas y se dirige ahora a los estados
de Nebraska y Kansas para participar en mítines electorales,
no quiso valorar en ningún momento si Sadam debe o no ser
ejecutado.
En
cambio, insistió en que el juicio es "un importante
logro para la joven democracia de Irak y para su Gobierno constitucional".
Según
el presidente de EEUU, para las víctimas de Sadam, la condena
representa "un grado de justicia que muchos pensaron que
no llegaría jamás".
El
ex mandatario iraquí, recordó Bush, tiene ahora
derecho a apelar su sentencia y "seguirá recibiendo
el proceso debido".
Husein
fue condenado a morir en la horca tras ser declarado culpable
de crímenes contra la humanidad en el juicio por la muerte
de 148 chiíes en la localidad de Duyaila, en represalia
por un de asesinato contra su persona realizado en 1982.
La
sentencia llega a sólo dos días de unas elecciones
legislativas en EEUU en las que la oposición demócrata
aparece como favorita en las encuestas y que definirán
no sólo los dos últimos años del mandato
de Bush, sino también la estrategia futura en Irak.
El
Gobierno estadounidense y el Partido Republicano han expresado
su satisfacción por el juicio.
La
secretaria de Estado, Condoleezza Rice, afirmó que la condena
contra Sadam representa "un recordatorio esperanzador a todos
los iraquíes de que el mandato de la ley puede triunfar
sobe el miedo y que la búsqueda pacífica de la justicia
es preferible a la búsqueda de la venganza".
En
un comunicado distribuido por su Departamento, Rice rindió
homenaje a "los valientes iraquíes, sean jueces, fiscales
o abogados defensores, que trabajan día a día en
favor de la justicia, la democracia y el Estado de Derecho en
Irak".
Por
su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, había
indicado previamente que la condena contra Sadam representa "un
buen día para el pueblo iraquí" y es una prueba
de la independencia del poder judicial.
Snow
negó tajantemente que EEUU haya desempeñado algún
papel a la hora de elegir el momento del anuncio de la sentencia.
"La
idea es ridícula, que de alguna manera hayamos estado tramando
cosas y conspirando con los iraquíes", sostuvo Snow.
La
oposición demócrata, que espera recuperar el control
de al menos una de las dos cámaras del Congreso debido
en parte al descontento popular con la marcha de la guerra en
Irak, también aplaudió la condena, pero se mostró
más cauta a la hora de valorarla.
El
líder de los demócratas en el Senado, Harry Reid,
afirmó hoy que la sentencia hace justicia a los iraquíes,
pero aseguró que desde el comienzo de la guerra en marzo
de 2003, Irak "ha cambiado un dictador por el caos".
"Ninguna
de esas dos opciones es aceptable, especialmente cuando son nuestros
soldados lo que están en medio", agregó Reid,
antes de declarar que "ya hemos visto cómo se superaban
con anterioridad otros hitos en Irak, sin señales de progreso
duraderas".
Según
el dirigente demócrata, "para que la sentencia de
hoy sea algo distinto, tenemos que tomar un nuevo rumbo en Irak".
EFE