Tras
las elecciones legislativas del martes, ganadas por el partido
de la oposición, "la primera tarea es cambiar la dirección
de la política en Irak", dijo en una entrevista con
el canal de televisión "ABC" el senador demócrata
Carl Levin.
Levin
presentó en junio en el Senado una resolución que
pedía el repliegue, pero sólo logró 40 de
los 100 votos de esa Cámara.
Sin
embargo, la derrota de los republicanos en los comicios legislativos
del martes y el deterioro de la situación en Irak han cambiado
el clima al respecto en Washington.
"La
política de seguir el rumbo (en Irak) no es viable, dados
los resultados de las elecciones y la composición del Congreso",
dijo Levin, y añadió que es necesaria una retirada
gradual del país.
En
el mismo programa de televisión, su colega Joseph Biden,
un posible aspirante a la candidatura demócrata a las elecciones
presidenciales de 2008, expresó su apoyo a la propuesta
de Levin.
Ambos
han mantenido una postura crítica respecto a la política
en Irak del presidente de EEUU, George W. Bush, pero hasta ahora
sus protestas han tenido poco efecto en la Casa Blanca.
No
obstante, desde enero su voz adquirirá más peso,
pues Levin previsiblemente se convertirá en el presidente
del Comité de las Fuerzas Armadas del Senado, y Biden en
presidente del Comité de Relaciones Exteriores.
Sin
embargo, Joshua Bolten, el jefe de gabinete de la Casa Blanca,
afirmó hoy en una entrevista, también con "ABC",
que establecer una fecha fija para la salida de Irak "sería
un desastre para el pueblo iraquí".
Aún
así, Bolten se manifestó conciliador y reiteró
que el presidente está abierto a sugerencias sobre Irak.
"Claramente
necesitamos ojos y enfoques frescos frente al problema",
recalcó. "Nadie puede estar contento con lo que ocurre
en Irak ahora mismo", añadió.
Este
tono, adoptado por el propio Bush tras las elecciones, contrasta
con las declaraciones optimistas que sobre Irak hacía el
presidente en los últimos meses, quien enfatizó
en todo momento los avances logrados en ese país.
Biden
propuso además la celebración de una conferencia
internacional sobre Irak en la que participen las principales
potencias del mundo y los países vecinos, incluidos Siria
e Irán.
Sin
embargo, Bolten también rechazó esta idea y señaló
que esas dos naciones "se entrometen de forma perjudicial"
en la situación en Irak. EFE