Israel expresa en Washington preocupación por "amenaza" iraní

   

13 de noviembre de 2006

Washington - El primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó hoy en Washington su preocupación por los planes nucleares iraníes, aunque descartó que el motivo de su viaje sea el de presionar a EEUU para que emprenda una guerra contra Irán.


"No estoy buscando guerras. No estoy buscando enfrentamientos", dijo Olmert en una entrevista retransmitida hoy por la cadena de televisión NBC en la que recordó que el objetivo último de Teherán es "borrar a Israel del mapa".

El desafío planteado por el régimen del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, fue hoy uno de los temas centrales del encuentro entre Olmert y el presidente de EEUU, George W. Bush.

Tras finalizar la reunión con Olmert, Bush declaró que el Gobierno de Irán supone una amenaza para la paz mundial e insistió en que debe de ser aislado económicamente si sigue adelante con su programa de enriquecimiento de uranio.

"Es muy importante que el mundo se una para decir a los iraníes que si deciden continuar con el programa serán aislados", dijo Bush.

Precisó que "una de las fuentes de ese aislamiento sería la económica" y destacó que Irán debe de sufrir consecuencias por su "intransigencia".

Los comentarios de Bush llegan en momentos en los que algunos críticos piden a Washington que abra un diálogo con Irán para calmar la situación en el vecino Irak.

"Es imprescindible que EEUU abra un diálogo con Irán sobre el conflicto iraquí", dijo a Efe Richard Murphy, subsecretario de Estado para Oriente Medio durante la presidencia de Ronald Reagan.

Según Murphy, Irán tiene intereses claros en Irak y una influencia cada vez mayor en su vecino por lo que no debería de ser excluido del diálogo que se ha abierto para buscar una solución al sangriento conflicto iraquí.

Pero para que ello ocurra tanto Olmert como Bush coincidieron en que Irán debe abandonar sus planes de enriquecimiento de uranio.

El mandatario israelí cree, de todos modos, que será imposible alcanzar un compromiso con Irán a menos que éste tema represalias, según aseguró el domingo en declaraciones a los periodistas que lo acompañaban en el vuelo hacia Washington.

Su visita de cinco días a la capital estadounidense se produce tras unas elecciones legislativas en las que la oposición demócrata se ha alzado con el control de las dos cámaras del Congreso, lo que ha hecho que aumenten las especulaciones sobre un posible deterioro de las relaciones entre EEUU e Israel.

Tanto Olmert como Bush están en una posición mucho más débil que hace seis meses cuando se reunieron por primera vez y cuando los dos tradicionales aliados parecían controlar la agenda regional.

Ahora, Bush afronta una presión cada vez mayor para la retirada de las tropas estadounidenses de Irak ante el fracaso del gobierno de coalición iraquí de lograr la estabilización del país.

Olmert también ha perdido estatura política desde su último viaje a Washington, según Philip Wilcox, presidente de la Fundación para la Paz en Oriente Medio.

"Olmert está en problemas en su país a raíz de la guerra en el Líbano y la sensación de que Israel fue el perdedor del conflicto", dijo a Efe el ex diplomático estadounidense.

En su opinión, el político israelí busca con su visita dejar claro que su relación con Bush todavía es buena, al tiempo que refuerza la presión para buscar una salida al problema iraní.

Por lo demás, Bush y Olmert abordaron también durante su reunión la situación en los territorios palestinos.

En ese sentido, Olmert señaló su interés en abrir "un diálogo serio" con el presidente de la Autoridad Palestina.

"Haré todo lo que pueda para involucrar a Abu Mazen en un diálogo con nosotros", reiteró Olmert.

Las distintas facciones rivales palestinas parecen próximas a un acuerdo para reemplazar al primer ministro Ismail Haniyeh, líder del grupo radical Hamás, que asumió el poder en marzo.

Los palestinos confían en que el nombramiento de un nuevo primer ministro y un gabinete de coalición reduzca las sanciones impuestas a la Autoridad Nacional Palestina por EEUU y la Unión Europea. EFE