El Papa intenta calmar las tensiones con el Islam en Turquía

   

28 de noviembre de 2006

Ankara - El Papa Benedicto XVI dedicó buena parte de la primera jornada de su viaje a Turquía a intentar aplacar las tensiones entre el Vaticano y el Islam, dos meses y medio después de su polémico discurso en la Universidad de Ratisbona (Alemania), que soliviantó a los musulmanes.


Antes de salir de Roma hacia Ankara, el Papa puntualizó que la visita, que le llevará también a Efeso y Estambul hasta el 1 de diciembre, "no era política sino pastoral" y que en tres días no se podían obtener grandes resultados.

El portavoz del Vaticano calificó de "cordial" el encuentro con la máxima autoridad religiosa del país, Alí Bardakoglu, que había sido uno de los más críticos con el Papa tras el discurso de Ratisbona, que desató una oleada de protestas entre los musulmanes.

El Papa y Bardakoglu aparecieron ante los periodistas relajados y hablaron de la necesidad de que la religión ayude a conseguir la paz y rechace la violencia.

Incluso el presidente de Asuntos religiosos turco, dijo que la visita del Papa "es un paso muy importante para la alianza entre religiones y culturas".

Badakoglu no dejó pasar la posibilidad de, aunque sin citarlo, referirse a la polémica por el discurso de Ratisbona, cuando el Papa citó a un emperador bizantino que afirmaba que Mahoma no había traído al mundo sino la idea de extender la religión "a través de la espada".

"En el último periodo hemos observado la islamofobia, que expresa que el Islam contiene e incita a la violencia con su historia y sus fuentes y que difunde su palabra con la espada", denunció Bardakoglu.

Benedicto XVI instó a cristianos y musulmanes a colaborar al servicio de la paz entre naciones y pueblos, durante su discurso tras la reunión.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quiso precisar que el discurso que el Papa realizó tras su encuentro con la máxima autoridad religiosa turca fue "respetuoso, positivo y nunca polémico".

Lombardi comunicó que la reunión se realizó en un clima "muy cordial" y explicó a los periodistas presentes en Ankara, que en el discurso del Papa se subrayó el valor de religión como contribución a la paz y al respeto de la persona.

El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, recibió al Pontífice al pie de la escalerilla del avión y después se reunió con él durante quince minutos en el aeropuerto antes de salir hacia Letonia, donde se celebra la cumbre de la OTAN.

Una reunión donde se afrontó uno de los temas claves de la visita: la entrada de Turquía en la Unión Europea y que hizo surgir por primera vez la posición del Vaticano en este tema.

Lombardi explicó que "La Santa Sede no tiene el poder específico, político de intervenir sobre el tema" pero que "ve positivamente y anima el camino de diálogo y de acercamiento en Europa, sobre la base de los valores y principios comunes".

Por su parte, Erdogan, mostró su satisfacción por haberse reunido con el Papa y por el mensaje que éste le transmitió justo antes de salir hacia Riga.

"El Papa subrayó la importancia que otorga al diálogo de religiones, y dijo que veía el Islam como una religión de paz y amor", dijo Erdogan.

Erdogán relató, además, que el Papa compartía la visión de los promotores del proyecto de la alianza de civilizaciones, impulsado en Turquía por el presidente del Gobierno español, Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro turco, de que era "el proceso de paz del siglo XXI"

El Papa también acudió hoy al Mausoleo de Ataturk, padre fundador de la Turquía moderna y se entrevistó con el presidente de la República, Ahmed Necdet Sezer y con el vicepresidente Besir Atalay, donde afrontó entre otros temas, la libertad religiosa en el país.

El Papa presentó a Atalay la petición de la comunidad católica de poder tener una jurisdicción en el país y facilitar la permanencia en Turquía del personal católico.

Entre tanto, la provincia de Estambul puso hoy en funcionamiento un centro de crisis para hacer frente a cualquier contratiempo que pueda surgir durante la visita de Benedicto XVI, que se desplazará a Estambul mañana, miércoles.

Agentes de la policía, gendarmería y el Centro Nacional de Inteligencia, así como funcionarios del ayuntamiento y de la oficina de Salud forman parte de esta oficina que trabajará las 24 horas del día hasta que Ratzinger abandone Estambul. EFE

 
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