El
comandante en jefe, que no aparece en un acto público desde
el pasado 26 de julio, sigue convaleciente desde que, cinco días
después, anunciara la delegación provisional de
sus cargos en su hermano Raúl y seis hombres de su confianza,
tras ser sometido a una cirugía por una enfermedad que
se mantiene como "secreto de Estado".
Desde
entonces, sólo por medio de breves vídeos difundidos
por la televisión estatal y de fotografías publicadas
por la prensa, los cubanos han podido ver el rostro, demacrado
y delgado, del hombre que ha dirigido el país durante casi
medio siglo.
El
mensaje enviado anoche por Castro a los invitados a la gala de
bienvenida a las celebraciones de su cumpleaños tampoco
ha despejado dudas, aunque deja entrever la ansiedad del jefe
de Estado por acudir a los actos previstos.
"Yo
no estaba todavía en condiciones, según los médicos,
de afrontar tan colosal encuentro", indicó el gobernante
cubano, al excusarse por su ausencia.
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En
estos cuatro meses, los cubanos han pasado de los discursos
interminables del comandante en jefe al silencio que caracteriza
el estilo de Raúl Castro, al que los medios locales
se refieren como primer vicepresidente, ministro de las
Fuerzas Armadas o segundo secretario del Partido Comunista,
pero no como presidente en funciones. |
El
hombre que dirige hoy el país ha sido citado estos días
por la prensa local con referencias a su participación
en el desembarco del yate "Granma" en el este de Cuba,
cuyo cincuentenario se celebra el sábado, pero sus últimas
declaraciones hay que buscarlas en los primeros días de
octubre, cuando afirmó que su hermano no se estaba muriendo.
A
mediados de septiembre, la celebración de la XIV Cumbre
del Movimiento de Países No Alineados, en La Habana, desató
durante semanas especulaciones y conjeturas sobre la asistencia
de Fidel Castro que sólo desaparecieron en el mismo momento
en que concluyó la reunión del foro.
Raúl
Castro asumió el papel de anfitrión y los cubanos
tuvieron que conformarse con los extractos emitidos por la televisión
de los encuentros del jefe de Estado con unos pocos "ilustres
visitantes" que lograron entrevistarse personalmente con
él.
De
la mano de las especulaciones sobre el, hasta ahora, pospuesto
retorno han llegado los rumores sobre el estado de salud de Castro,
de sus posibles enfermedades y hasta de su supuesta muerte.
Del
último, hace un mes, se encargó el propio Castro
con una aparición en televisión en la que tildó
de "boberías" esas versiones.
Ahora
todas las miradas están puestas en un desfile militar
el próximo sábado, por primera vez en 10 años,
por la céntrica Plaza de la Revolución y que
se presenta como la fecha propicia por el simbolismo de
la conmemoración, ese mismo día, de los aniversarios
del desembarco del "Granma" y de las Fuerzas Armadas. |
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La
fecha fue impuesta por Castro, que, al día siguiente de
informar del abandono del poder por primera vez en las últimas
cinco décadas, pidió que se pospusieran al 2 de
diciembre las celebraciones de su 80 cumpleaños, que tuvo
lugar el 13 de agosto. EFE