El
traslado del féretro con el cuerpo de Pinochet se concretó
a las 04.00 GMT de este lunes, varias horas después de
lo anunciado como medida de seguridad, dijo la policía,
debido a los hechos de violencia que se desataron en el centro
y otros sectores al caer la tarde y el comienzo de la noche.
Incluso,
los aproximadamente 4.000 partidarios del ex dictador que se habían
congregado frente a la Escuela Militar con velas encendidas y
otros gestos de homenaje al ex general, habían disminuido
en más de la mitad cuando finalmente se produjo el traslado,
en medio de fuertes medidas de seguridad.
La
carroza fúnebre con el féretro de Pinochet fue escoltada
por motoristas y coches policiales, mientras autobuses con efectivos
antidisturbios de Carabineros estaban apostados en puntos estratégicos
del recorrido, de unos dos kilómetros.
El
vehículo mortuorio era acompañado por varios automóviles
que transportaban a los parientes y allegados más próximos
del ex gobernante castrense.
De
acuerdo a lo comunicado oficialmente por el Gobierno y el Ejército,
Pinochet no recibirá honores de Estado en su funeral, pero
el Ejército le rendirá los honores que su reglamento
dispone para los ex comandantes en jefe.
La
misa fúnebre está fijada para el mediodía
del martes y posteriormente, el cadáver de Pinochet será
incinerado y sus cenizas entregadas a su familia, de acuerdo a
lo anunciado por el ministro Portavoz del Gobierno, Ricardo Lagos
Weber.
"Es
una figura que divide a los chilenos", dijo Lagos Weber al
exponer las razones por las que el Gobierno de la presidenta Michelle
Bachelet decidió no ofrecer a Pinochet honores de Estado
ni declarar duelo oficial por su muerte.
|
La
ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, será la única
representante del Gobierno en las ceremonias oficiales.
El
gobierno autorizó, no obstante, que en los recintos
del Ejército se ice la bandera de Chile a media asta.
La
muerte de Augusto Pinochet, a los 91 años, sacó
nuevamente a la luz la división que su figura ha
provocado entre los chilenos desde que irrumpió en
la vida pública al encabezar el 11 de septiembre
de 1973 el cruento golpe militar que derrocó al presidente
socialista Salvador Allende. |
Decenas
de miles de detractores del ex dictador salieron a las calles
de Santiago y otras ciudades de Chile para festejar la muerte
del hombre a quien consideraban el peor de los tiranos.
Los
brindis con champán, vino o cerveza menudearon en esas
manifestaciones, que contrastaron con las expresiones de dolor
de los partidarios de Pinochet, congregados frente al Hospital
Militar, desde pocos minutos después que se informara de
que el ex gobernante de facto había expirado.
Una
descompensación generalizada terminó a las 17.15
GMT del domingo con la vida del hombre que gobernó a Chile
con mano de hierro durante diecisiete años (1973-1990).
Durante
la jornada hubo brotes de violencia, especialmente en las manifestaciones
de los detractores, que fueron infiltradas por reducidos grupos
de encapuchados que agredieron a la policía, destruyeron
cristales, marquesinas del transporte urbano y otros bienes públicos.
Los
incidentes se concentraron primero en la Plaza de la Ciudadanía,
frente al Palacio de La Moneda, donde la policía logró
dispersar a los encapuchados con chorros de agua y gases lacrimógenos
y un número no cuantificado de detenidos.
Los
manifestantes trataron de reagruparse en otros puntos céntricos
de la capital chilena, en los que continuaron con los actos de
vandalismo, que incluyeron al menos dos vehículos incendiados.
Entrada
la noche, los incidentes se trasladaron hacia sectores periféricos,
especialmente en los municipios populares de Huechuraba, Peñaolén
y Estación Central, donde grupos de ciudadanos levantaron
barricadas incendiarias y se enfrentaron con la policía.
También
hubo incidentes, aunque de menor cuantía, en el puerto
de Valparaíso y en la norteña ciudad de Iquique.
Para
este lunes, en la Escuela Militar los actos oficiales están
programados desde las 13.00 GMT, cuando se celebrará una
primera misa por el fallecido ex dictador. EFE