La
fundición del lote de armas fue autorizada por el Ministerio
de Defensa y realizada en una fábrica metalúrgica
ubicada en el municipio de Quezaltepeque, 25 kilómetros
al noroeste de San Salvador.
El
Ministerio informó en un comunicado que esta es la segunda
ocasión en el año que se realiza un procedimiento
de este tipo y que en el lote fundido se encuentran 7 carabinas,
176 escopetas, 82 fusiles, ocho subametralladoras, un lanzagranadas,
300 pistolas, 372 revólveres y 165 armas de todo tipo fabricadas
artesanalmente.
Agrega
que las armas han sido decomisadas en "procedimientos efectuados
por la Policía durante el presente año, procesos
ventilados en los Tribunales de Justicia u otras que fueron entregadas
por sus propietarios", éstas últimas por haber
sido adquiridas de manera irregular.
El
proceso de fundición fue verificado por el presidente salvadoreño,
Elías Antonio Saca, quien manifestó a periodistas
que la fundición "es un mensaje de que debemos ir
haciendo una reducción significativa del armamento que
esta en manos irresponsables y que definitivamente las debemos
sacar de circulación".
Agregó
que "el mensaje al mundo es que El Salvador está combatiendo
totalmente la delincuencia" y que "estamos sacando de
circulación armas que están en manos de irresponsables,
en manos del crimen organizado, en manos del hampa".
Según
Saca, El Salvador "debe ser un país con menos armas,
y las que deben existir son las legales y en manos de la gente
que pueda manipularlas. Básicamente es un mensaje de paz
social el que estamos enviando".
La
Asamblea Legislativa aprobó la semana pasada unas reformas
a la Ley de Armas y Explosivos que permitirán, sin incluir
la tenencia, prohibir la portación de estos artefactos
en lugares y periodos específicos, con la orden de las
autoridades de Seguridad y y de las alcaldías.
El
Salvador vive una ola de delincuencia y violencia que deja un
promedio diario de 10 asesinatos por día, así como
múltiples robos y extorsiones.
Según
cifras policiales que publica hoy la prensa local, de enero a
noviembre de este año los asesinatos ascienden a 3.596,
mientras que el año anterior cerró con 3.760.
Las
autoridades afirman que del total de asesinatos, un 85 por ciento
han sido perpetrados con armas de fuego y que unas 400.000 armas
están en manos de la población civil. EFE