Rechazo mayoritario a la ejecución de Sadam

   

30 de diciembre de 2006

Redacción central - El ahorcamiento del depuesto presidente iraquí, Sadam Husein, fue recibida hoy con limitadas muestras de alegría en Oriente Medio y Estados Unidos, y el rechazo mayoritario de la comunidad internacional, que teme un aumento de la violencia en la región.


Donde más se dejó sentir el júbilo fue en las provincias chiíes del sur de Irak, entre ellas Kut, Diwaniya, Basora y Amara. Allí miles de ciudadanos salieron a las calles para celebrar la ejecución del ex presidente.

Sin embargo, funerales simbólicos tuvieron lugar en Tikrit y Al Dur, provincia de Salah El Din, al norte de Bagdad, y de mayoría suní, donde viven muchos seguidores de Sadam.

Horas después de la ejecución del dictador suní, se produjeron los primeros atentados en el país, que dejaron 74 muertos en Bagdad y Kufa.

A pesar de ello, para el presidente de Estados Unidos, George Bush, lo ocurrido hoy en Irak es "un testimonio de la resolución del pueblo iraquí de avanzar tras décadas de opresión".

En un comunicado difundido por la Casa Blanca, Bush aseguró que el dictador tuvo "un juicio justo".

La muerte de Sadam ha proporcionado satisfacción a Irán, Irak y Kuwait, afirmó el portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Mohamad Ali Hoseini.

También fuentes del Ministerio de Exteriores iraní, Hamid Reza Asefi, se congratularon mientras dijeron que "la ejecución de Sadam supone una victoria para el pueblo de Irak".

Desde Israel, el viceprimer ministro, Simon Peres, recordó los daños que Sadam causó a su propio pueblo y la amenaza que fue para este país, sin embargo el viceministro de Defensa, Efraim Sne, insistió en que "Irak podría convertirse en un generador de terror para toda la región".

La Unión Europea (UE) recordó en un comunicado que "no hay dudas" de que Sadam Husein era culpable de graves violaciones de los derechos humanos y crímenes contra la Humanidad, "pero eso no justifica la aceptación de la pena capital".

En contra de tal pena se manifestó la canciller alemana, Angela Merkel, aunque precisó que respeta la sentencia.

El ex presidente del Gobierno italiano Silvio Berlusconi manifestó que tal acto puede causar "venganzas, violencia y el esparcimiento de sangre entre chiíes y suníes, en un país al borde de una guerra civil".

En el mismo sentido se pronunció el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso que lamentó la ejecución y advirtió que ésta "puede conducir al agravamiento de la situación.