Tegucigalpa - Decenas de vendedores de la Calle
Peatonal iniciaron al final de la tarde y en las primeras horas
de la noche del sábado el desalojo de esa concurrida vía
pública, luego que se venciera el plazo otorgado por el gobierno
municipal para trasladarse al nuevo mercado construido en el barrio
la Isla.
Pese a la férrea oposición de un reducido grupo de
comerciantes que se resisten al traslado al nuevo local construido
por la municipalidad, la reubicación de los "hachines"
se inició sin mayores sobresaltos.
Al final del día, los vendedores comenzaron a levantar por
cuenta propia su mercadería y a derribar los locales de lonas,
madera y zinc, que a lo largo de los años habían levantado
en el lugar.
La Calle Peatonal es un espacio público que fue construido
al final de la década de los setenta por el visionario alcalde
Henry Merrian, con el fin de que se convirtiera en un sitio de esparcimiento
para los capitalinos, sin embargo, con el paso de los años
se fue llenando de vendedores ambulantes.
Los intereses y aspiraciones políticas de muchos de los alcaldes
que pasaron por la municipalidad, impidieron que La Peatonal fuera
desalojada y limpiada de vendedores y más bien en los últimos
años el problema se agravó.
En un recorrido realizado al filo de las siete de la noche por el
equipo periodístico de Proceso Digital,
se pudo observar una frenética actividad de los comerciantes
que se apuraban a sacar sus productos y a derribar sus puestos,
antes de la intervención de las autoridades policiales y
municipales.
También se pudo observar enormes promontorios de basura,
palos y piedras que los comerciantes dejaron en su apresurada salida.
Todavía en el sitio se pudo observar a jóvenes que
se dedicaban a prender luces de bengalas y reventar cohetes, pero
sin provocar mayores incidentes. Las autoridades esperaban que el
traslado se hiciera en completa tranquilidad.
El acordonamiento de la zona por parte de la policía estaba
programado a eso de las 12:00 de la noche del sábado, hora
en la que vence el plazo otorgado por la alcaldía para trasladarse
al nuevo establecimiento comercial, construído en el barrio
La Isla.
A eso de las ocho de la noche, unos doscientos vendedores afiliados
a la Asociación Nacional de Trabajadores de la Economía
Informal de Honduras (Anatraeinh) aceptaron voluntariamente su traslado
al nuevo local y pasaron por el proceso de sorteo de asignación
de puestos.
Sin embargo, uno de los grupos disidentes, a nombre de la Anatraeinh,
emitió en horas de la tarde un comunicado en donde exigían
al alcalde, Ricardo Álvarez, una indemnización de
10 millones de lempiras para todos sus agremiados.
También solicitaron ampliar los cubículos de venta
y llevar las términales de buses y taxis para atraer la clientela,
entre otras cosas más.
"Nosotros no estamos en contra de la reubicación siempre
y cuando las autoridades municipales se sienten a la mesa con nosotros
con nosotros se reabra el diálogo, se respeten nuestros derechos
y se consensuen con toda la masa de vendedores los compromisos en
los que hayan perdedores y vencedores", señalan en el
comunicado.
Unos quinientos comerciantes que no están afiliados a ninguna
de las organizaciones también se apersonaron a las oficinas
de la municipalidad a pedir que se les incluya en el sorteo de los
puestos, informó el portavoz de la alcaldía Juan Ramón
Mairena.
Hasta la redacción de esta nota, Mairena indicó que
el traslado de los comerciantes se realizaba en completa normalidad,
sin ningún problema o incidente que lamentar.
El alcalde Ricardo Álvarez reiteró su decisión
de ir hasta el final con la reubicación de los vendedores
del centro de la ciudad, pese a que ello represente un costo político
para su gobierno municipal y su imagen.
El edil indicó que en el nuevo centro comercial los vendedores
tendrán todas las facilidades que les permitan ejercer su
actividad comercial sin problemas de inseguridad e higiene. Además,
contarán con sucursales bancarias, escuela para sus hijos
y un centro de atención médica.
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