Blair, contra las cuerdas
tras un segundo interrogatorio por la Policía
   

01 de febrero de 2007

Londres - La presión sobre el primer ministro británico, Tony Blair, aumentó hoy al conocerse, con seis días de retraso, que el pasado viernes fue interrogado por segunda vez en relación con el caso de canje de títulos honoríficos a cambio de donaciones al Partido Laborista.

Los partidos de la oposición, Conservador y Liberal Demócrata, se han apresurado a subrayar la gravedad del asunto, que ha llevado a Blair a convertirse en el primer jefe de Gobierno en activo que es interrogado no una, sino dos veces, en una investigación policial.


El primer ministro, que en 1997 accedió al poder con la promesa de una gestión honesta y transparente, fue interpelado como testigo y no como sospechoso, para "aclarar una serie de puntos relacionados con la pesquisa", precisó Scotland Yard.

Tanto la oposición como la prensa británica se preguntan por qué el interrogatorio del "premier", que se llevó a cabo en su despacho oficial en el 10 de Downing Street, se ha conocido casi una semana después de que ocurriera, a petición de la propia Policía.

Scotland Yard se ha limitado a afirmar que requirió el embargo por "razones operativas", mientras que el portavoz oficial de Blair ha asegurado a los periodistas que diariamente le preguntaban sobre el tema que ni él mismo sabía que la conversación se había producido.

El interrogatorio del primer ministro, que duró menos de una hora, sucedió un semana después de que fuera detenida su estrecha colaboradora Ruth Turner, no sólo por supuestos delitos relacionados con la concesión de títulos, sino también "bajo sospecha de obstruir el curso de la justicia".

Por ese mismo motivo -presunto engaño o omisión de información a las autoridades-, fue detenido el martes por segunda vez Lord Levy, amigo personal de Tony Blair y su enviado especial a Oriente Medio, apodado "lord Cajero automático" por su habilidad para captar benefactores para el Partido Laborista.

Los arrestos por este supuesto delito han sembrado la sospecha entre la oposición de que hubo un encubrimiento a alto nivel para ocultar detalles sobre el proceso de concesión de títulos.

"¿Está Downing Street encubriendo algo?", se preguntó Alex Salmond, líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP), responsable de la denuncia que motivó esta investigación.

La cadena de televisión ITV ha denunciado que la oficina del primer ministro ha hecho desaparecer correos electrónicos de una red interna en la que sus estrechos colaboradores, incluido Lord Levy, habrían discutido detalles sobre la concesión de honores, como el título de lord, a determinadas personas.

Downing Street ha negado rotundamente la existencia de un sistema informático paralelo para uso de unos pocos.

Blair, que ya ha anunciado que este año abandonará la jefatura del Gobierno, ya fue interrogado sobre el caso de supuesta "venta" de títulos el pasado 14 de diciembre, aunque, como ahora, no fue interpelado en calidad de sospechoso ni estuvo acompañado por un abogado.

Hasta ahora y además de Levy y Turner, otras dos personas han sido detenidas y, posteriormente, puestas en libertad: Christopher Evans, un acaudalado empresario del sector biotecnológico que donó dinero al partido gubernamental, y el ex asesor del Ejecutivo Des Smith.

Unas noventa personas han sido interrogadas por la Policía en relación con la pesquisa -que se extiende también a los partidos Conservador y Liberal Demócrata-, entre las que destaca Blair y varios ministros de su Gabinete.

La pesquisa policial empezó el pasado marzo, tras una denuncia del SNP presentada después de que miembros del Partido Laborista revelasen que la formación recibió casi 20 millones de euros en préstamos blandos procedentes de doce empresarios antes de las elecciones generales del 2005.

Algunos de esos hombres de negocios fueron más tarde designados para ocupar un escaño en la Cámara de los Lores.

Este escándalo de financiación irregular podría obligar a Blair, muy desprestigiado ya por la guerra de Irak, a acelerar el traspaso de poderes al influyente ministro de Economía y aspirante a jefe del Gobierno, Gordon Brown, considerado su sucesor natural. EFE

 
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