Centenares de hondureños
en sepelio de entrenador
Flavio Ortega
   

07 de febrero de 2007

Tegucigalpa - Centenares de hondureños acompañaron hoy a la familia del entrenador Flavio Ortega, sepultado hoy tras fallecer el martes a causa de una hemorragia cerebral que lo mantuvo un mes en agonía.

Jugadores, entrenadores, dirigentes deportivos, amigos y muchos aficionados participaron en las honras fúnebres de Ortega, un brasileño nacionalizado hondureño que llegó a Honduras en 1968, procedente de El Salvador, donde jugó para el Luis Angel Firpo.

 


En Honduras, jugó en los equipos Marathón y Real España, mientras que como entrenador lo hizo para esos mismos clubes, lo mismo que con el Olimpia, Motagua y Universidad.

Como técnico también dirigió al Cartaginés, de Costa Rica, y Municipal y Zacapa, de Guatemala.

Fue entrenador de varias selecciones de Honduras, en las que también destacó como profesional, aunque no pudo alcanzar su declarado sueño de dirigir a este país en eliminatorias mundialistas.

La esposa de Flavio, Ligia Hernández, recibió múltiples mensajes de pesar, algunos procedentes de Costa Rica y Guatemala, entre ellos uno personal de Rafael Duarte, ex presidente del Zacapa, quien le entregó una camiseta de esa institución guatemalteca.

"Es impresionante la cantidad de gente que quería a Flavio", comentó Ligia, conmovida por la multitud que asistió al sepelio de uno de los entrenadores más exitosos que ha tenido Honduras.

Ortega, quien deja tres hijos -Flavio y las mellizas Lilian y Liniani- fue conocido como una persona muy seria, pero a la vez jovial, y muy dedicado a su trabajo y su familia.

"El fútbol y la familia fue lo que más amó", comentó Ligia pocas horas antes del deceso de Flavio, quien entre 1969 y 1970 estableció una marca de 18 goles en el campeonato local, que fue superado más de 10 años después por el hondureño Leonel Machado, con 19.

Quienes jugaron en Flavio en el Marathón, como Irinardo "Nayo" Caballero y Denis "Plitis" Lagos, recordaron hoy que no fue un jugador veloz, pero sí muy efectivo frente a la portería rival.

"Recuerdo que le decíamos "Muñeco" o "Muñeca", y "Pata gorda", por sus gruesas piernas", dijo Lagos.

Agregó que cuando jugó en el Marathón, Flavio siempre fue una persona introvertida, pero buen compañero y amigo, además de consejero.

"Nos decía que ahorráramos el poco dinero que ganábamos, que nos preparáramos para el futuro", subrayó Lagos.

"Nayo" Caballero, quien con su hermano Mario "Cofra" y Julio César Fonseca integraron la denominada "Trinca infernal" (goleadora) del Marathón a finales de los años 60 e inicio de los 70, también recordó que en varias ocasiones asistió a Ortega para que anotara goles.

"No era rápido, pero casi siempre estaba anotando o creando peligro en la portería contraria", acotó "Nayo" Caballero, quien sigue ligado al Marathón, uno de los tres equipos a los que Ortega hizo campeón y el de mayor afición en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras.

También levantó dos copas de campeón con el Real España y una con el Olimpia.

Su muerte acaeció un mes y medio después de haber sido nombrado entrenador interino de la selección de Honduras que hoy viajó a El Salvador para participar en la IX Copa de Naciones de la Unión Centroamericana de Fútbol (UNCAF), que inicia mañana.

Tras el derrame cerebral sufrido el 6 de enero pasado, Ortega fue sustituido en la selección por José de la Paz Herrera, quien recordó que "fue un buen jugador, recio, sabía definir y fue un gran goleador".

También "fue un buen entrenador y le aportó mucho al fútbol de Honduras", acotó Herrera antes de viajar a El Salvador, donde la selección hondureña espera ganar la IX Copa de Naciones en memoria de Flavio Ortega. EFE