“Hasta
este momento lo único que tenemos claro es que de no ser por las
remesas el Tratado de Libre de Comercio hubiera manifestado un fracaso
rotundo porque no logró incrementar las exportaciones”, dijo
sobre el tema el coordinador del FOSDEH, Mauricio Díaz Burdett.
El economista expuso también que “las remesas son el mecanismo,
el instrumento financiero que permite pagar el exceso de cosas que compramos
en el exterior y que no producimos interiormente”.
Dijo que a la fecha “todavía no tenemos claro” cuales
podrían ser los aspectos positivos del instrumento.
“De hecho el TLC estaba más orientado a favorecer la industria
de la maquila”, considerada la segunda gran actividad económica
del país.
Pero, añadió, los estudios revelan que a un año de
la entrada en vigor del TLC la industria ensambladora “reporta casi
los mismos niveles que se registraban antes de su puesta en vigor”.
También dijo que los problemas en este sector serían mayores
“si el pueblo hondureño no le subsidia impuestos, agua, teléfono,
salarios bajos y el sistema de salud, entre otros aspectos”.
“Sin eso seguramente habría problemas mayores, sin embargo,
(la industria de la maquila) tiene una contribución importante
en la economía”, apuntó.
Con la oposición de los cinco diputados de la bancada del Partido
Unificación Democrática (UD, de izquierda), el Congreso
Nacional de Honduras ratificó el TLC el 3 de marzo de 2006.
El instrumento comercial, que fue negociado conjuntamente con el resto
de los países centroamericanos, entró en vigor el 1 de abril
del mismo año.
Honduras se convirtió así en el segundo país del
área centroamericana en ratificar el TLC con Estados Unidos.
El primero en hacerlo fue El Salvador el 17 de diciembre de 2004.
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