Los
cambios afectan mandos del Ejército, la Fuerza Aérea
y la Fuerza Naval, ramas que integran las Fuerzas Armadas hondureñas,
informó en rueda de prensa el ministro de Defensa, Arístides
Mejía.
Indicó
que el nuevo jefe del Ejército será el hasta ahora
inspector general de éste, coronel José Doblado Padilla,
quien sustituirá al de igual grado José Francisco
Ordóñez, que asumirá el comando de Doctrina
y Educación Militar.
Mejía
explicó que este "cambio principal" tiene el objetivo
de "darle la oportunidad" a Doblado, para que "demuestre
si tiene capacidad de mando" y figure entre los candidatos
a jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
El
actual jefe del Estado Mayor Conjunto, máximo cargo en la
jerarquía militar hondureña, es el general Romeo Vázquez,
quien finalizará en 2007 su gestión de tres años,
recordó el ministro.
Mejía
anunció que habrá otros 16 cambios en el Ejército,
seis en el Estado Mayor Conjunto, tres en la Fuerza Aérea
y otros tres en la Fuerza Naval, principalmente mandos de departamentos
y direcciones.
Entre
los cambios del Ejército también figuran los jefes
de las brigadas 101 (sur), 105 (norte), 110 (sureste) y 115 (este).
El
ministro de Defensa dijo que en las próximas semanas propondrá
al Parlamento los ascensos a generales de al menos siete coroneles.
Las
Fuerzas Armadas de Honduras han sufrido fuertes cambios en el último
decenio, iniciados en el gobierno del liberal Carlos Roberto Reina
(1994-1998), quien abolió el servicio militar obligatorio.
Luego
desapareció la figura del comandante en jefe de las Fuerzas
Armadas, que era escogido por un Consejo Superior de las Fuerzas
Armadas, una especie de parlamento que definía la política
militar.
Además,
el ministro de Defensa, que era un militar de alta graduación,
fue sustituido por un civil desde el gobierno que presidió
el liberal Carlos Flores (1998-2002).
Las
Fuerzas Armadas surgieron como institución profesional en
1957 y desde entonces han tenido mucha influencia sobre el poder
político, que controlaron con una cadena casi ininterrumpida
de golpes de Estado que concluyó en 1982, cuando asumió
la presidencia Roberto Suazo Córdova, lo que constituyó
el retorno a la democracia.
|